Columna


Crecimiento económico 2017

MAURICIO CABRERA GALVIS

08 de enero de 2017 12:00 AM

2017 será un año de resultados disímiles y hasta contradictorios: grandes progresos sociopolíticos, frente a estancamiento –e incluso retroceso- económico.
En el primer frente, el mayor avance será implementar el Acuerdo de paz y la entrega de las armas de las Farc, que puede ser aún mejor si el ELN deja su miopía política y acepta negociar. Habrá obstáculos, trampas y más mentiras de los que se siguen oponiendo a terminar el conflicto, pero al final del año se consolidarán los resultados que ya vemos de más víctimas reparadas, de más ejemplos de perdón y reconciliación, y sobre todo de menos muertos y heridos.

En lo económico las cosas no pintan bien, especialmente en el crecimiento de la economía, factor clave en la evolución del empleo, la reducción de la pobreza, el bienestar de la población o el saneamiento de las finanzas públicas.

En el 2016 se frenó la economía más allá de lo esperado. En el tercer trimestre el crecimiento del PIB respecto del mismo período del 2015 fue de solo 1,2% y el acumulado del año de 1,9%. Los indicadores del último trimestre (producción industrial, ventas del comercio, licencias de construcción y otros) muestran que continuó la desaceleración productiva, por lo cual los analistas estiman que en el año completo la tasa de crecimiento económico estará cerca el 1,8%.
Contrasta con los pronósticos de principios del año, que iban del 3% al 3,5%; inclusive en junio el Gobierno, en el Marco Fiscal de Mediano Plazo (MFMP), planteaba una meta de crecimiento del 3%.

Para el 2017 en el mismo MFMP el Gobierno esperaba crecer 3,5%, pero las tendencias de los últimos meses bajaron sus expectativas en medio punto porcentual, mientras que Fedesarrollo o Bancolombia no esperan que el PIB aumente más del 2,6%, dado también el impacto negativo de la reforma tributaria.

El gobierno es optimista con la reforma, y espera que reducir impuestos a las empresas y la confianza de las calificadoras de riesgo por el control del déficit fiscal, le aumente unas dos décimas a la tasa de crecimiento; pero es infundado porque el beneficio a las empresas solo será completo después de dos años.

Pero el aumento del IVA es inmediato y tiene dos impactos recesivos: golpea al bolsillo de los consumidores y disminuirá el consumo privado, principal componente de la demanda. Aumentará 1% la tasa de inflación, lo que puede llevar al Banco de la República a aumentar o al menos a no bajar sus tasas de interés.

Como diría el filósofo Pambelé, es mejor crecer más que menos, pero el contexto mundial y las políticas nacionales no permiten ser muy optimistas este año.

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FE DE ERRATA: El país no tiene una “meta” de crecimiento, o un objetivo de política por el que alguien responda. Cuando se crece la mitad de lo esperado y se dejan de producir y recibir 5.000 millones de dólares (eso vale el 1,5% de PIB) no hay la reacción mediática porque se sobrepasa en 1,5% la meta de inflación, a pesar que las consecuencias sean más graves.

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