Columna


Criminología mediática

ENRIQUE DEL RÍO GONZÁLEZ

06 de junio de 2023 12:00 AM

“La televisión es lo opuesto a la capacidad de pensar”.

Pierre Bourdieu.

La criminología es el estudio de la criminalidad y su reacción social. Por su parte, la criminalidad corresponde a la cantidad de delitos que se cometen en un tiempo y espacio determinado. La misión del criminólogo es determinar, dentro del contexto de las ciencias sociales, la etiología del delito y postular soluciones a la cuestión criminal.

La ciencia criminológica ha perdido su auge, de hecho, los expertos en esta área son ignorados y muy pocas veces consultados para orientar la política criminal nacional, regional y local. Quizá esta sea la razón por la que no existen avances en cuanto al combate de los punibles, por el contrario, estos parecen generalizarse cada día más.

El profesor argentino Eugenio Zaffaroni se ha detenido en el estudio de la criminología mediática, que nace de la proyección de la realidad hecha por los medios de comunicación, es decir, cómo estos aprecian el fenómeno delictual y fomentan la solución institucional que casi siempre coincide con el estímulo al populismo punitivo.

Se advierte una problemática, pues ya no se consulta a los criminólogos para diseñar la política criminal, sino que se auscultan los sondeos de opinión que marcan la percepción social, lo que nos permite afirmar que la criminalidad es lo que los medios de comunicación digan que es; estos tienen el amplio poder de maximizar la difusión de algunos comportamientos y minimizar otros. Lo que nos invita a reflexionar sobre el inmenso poder que tienen los medios formales e informales de comunicación, pues tienen la capacidad de manipular las masas, consciente o inconscientemente, creando a los considerados “enemigos” de la sociedad. De la misma forma, crean y exacerban nuestros miedos, dividiendo a la sociedad en dos bandos: los buenos y los malos, y sobre todo, seleccionando también las razones del etiquetamiento.

Las políticas estatales giran al vaivén de la agenda informativa y de los ratings de los medios, lo que contribuye al uso de mecanismos desacertados y alejados de rigurosidad científica. De hecho, el profesor en cita afirma que los políticos atemorizados u oportunistas terminan sometidos a la criminología mediática, aprobando leyes absurdas, mandando falsos mensajes de tranquilidad a la sociedad a sabiendas que las iniciativas no tienen incidencia sobre la frecuencia criminal.

Resulta imperativo retomar el estudio de la criminalidad desde las aulas, entendiendo que el Derecho Penal termina siendo una ciencia simple cuando no se condimenta con el contexto que se ocupa del comportamiento del criminal y de las diversas causas que lo motivan a asumir comportamientos desviados. Solo de esa manera podemos entrar a un sistema de respeto a los Derechos Humanos y, sobre todo, a hacer consensos reales y salidas efectivas a la situación de postración por el fenómeno delictivo.

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