“Nunca dudes que un pequeño grupo de ciudadanos comprometidos puede cambiar el mundo. De hecho, es lo único que lo ha logrado”. Esta frase de Margaret Mead la leí en mis primeros semestres de universidad y desde entonces me ha acompañado como un recordatorio de que el trabajo colectivo por un objetivo común es suficiente para generar transformaciones positivas.
En más de una ocasión he sido testigo del poder de esta frase. En mis épocas universitarias con el grupo de vigías de la democracia tratando de desmantelar la compra de votos durante las elecciones locales; luego desde Funcicar con un equipo joven y comprometido con mejorar las prácticas democráticas del Concejo y la Asamblea, y más recientemente la vi volverse una realidad con el maravilloso equipo de Cartagena Cómo Vamos (CCV), a quienes siempre agradeceré por su entrega y compromiso.
En estos 15 años de existencia, CCV se fortaleció de la mano de la ciudadanía y la tecnología. La apuesta fue llegarles a más ciudadanos a través de medios digitales y talleres presenciales, con información pertinente y de fácil consumo, promoviendo un mayor involucramiento ciudadano en temas de ciudad.
En estos años, Cartagena Cómo Vamos se reinventó complementando las mediciones de calidad de vida, con propuestas concretas a través de una ruta estratégica que diera luces sobre hacia dónde debemos ir para cerrar las brechas sociales y erradicar la pobreza en Cartagena.
También robusteció sus mediciones de la ruralidad y recientemente avanzó en la consolidación de ayudas humanitarias del sector privado como respuesta al COVID-19.
Estos son solo algunos de los logros de CCV, que sin duda lo destacan como un activo fundamental en la gobernanza de esta ciudad.
Luego de haber sido parte de esta historia, me despido de Cartagena Cómo Vamos y de la labor de control ciudadano, para dar el salto hacia una nueva etapa de mi vida desde el servicio público.
Agradezco la fortuna de haber estado siempre en lugares que me permitieron trabajar por mi ciudad y desde los que fortalecí principios democráticos y amor por Cartagena. Me llevo muchos aprendizajes y la convicción de que la única forma de generar verdaderas transformaciones es a través del esfuerzo colectivo, con un objetivo común: el bienestar de la ciudad.
Tener el honor de servirle a Cartagena es una forma de devolverle todo lo que me ha dado.
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