Comentaba en mi escrito de hace 15 días, sobre las bondades para Cartagena del “Proyecto Integral de Canales y Lagos” (PCL), y decía que necesitaría – como mínimo – una columna para resumir sus beneficios. Pues bien, aquí estoy cumpliendo mi promesa y estoy seguro que el alcalde electo Dau – en su sabiduría de haber vivido y viajado entre países desarrollados – comprenderá lo que significa para una ciudad el usar inteligentemente el mayor regalo que la naturaleza nos ha dado: nuestro sistema interconectado de canales, lagunas, ciénagas, con la bahía de Cartagena y Barbacoas. Veamos:
1) Transporte público acuático: tengamos presente que el tráfico de Cartagena es un desastre y empeora todos los días, por lo tanto, involucrar el “Transcaribe Acuático” es una necesidad imperiosa vía “PCL”. Entonces, mientras el “Transcaribe Terrestre” moviliza a la gente en sentido norte – sur, el “Transcaribe Acuático” lo haría este – oeste, acortando tiempos y distancias.
2) Pobreza: el “PCL” permitirá que el cordón de pobreza que bordea a la ciénaga de la Virgen, con más de 250.000 habitantes, quede integrado al resto de la economía formal. Se acabaría el patio trasero de Cartagena, y la ciénaga de la Virgen será un actor determinante para la economía de la ciudad.
3) Renovación urbana, desarrollo inmobiliario y valorización: ¿se imaginan ustedes cuántos terrenos nuevos quedarían involucrados en la ciudad con el “PCL”? Como lo dije hace años, “en todas las ciudades del mundo los predios más cercanos a los cuerpos de agua son los más valorizados”. ¿Cuánto recibirá la Alcaldía en impuesto predial e ICA con ese nuevo polo de desarrollo?
4) Turismo, comercio, empleo, recreación y paisajismo: ¿se imaginan a Cartagena siendo la nueva Venecia de América? El “PCL” también funcionaría como un “Centro Comercial Acuático”, donde la gente podrá visitar almacenes, restaurantes, parques temáticos, ciclovías, marinas... E incluye también los beneficios ambientales de saneamiento de los cuerpos de agua y zonas costaneras.
5) La conexión mágica: para cualquiera que revise el mapa de Cartagena, verá una “cintura” a la altura entre la “ciénaga de las Quintas” (Bazurto) y la “ciénaga de la Virgen (la Esperanza). Son 1.500 metros de separación que hoy podrían unirse usando un pequeño “monorriel elevado” para interconectar (vía transbordo), a toda la gente que vendría acuáticamente desde la ciénaga de la Virgen a la Bahía, y viceversa. Esto revolucionaría el transporte público de Cartagena.
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