Columna


¿De qué hablar?

CÉSAR PIÓN GONZÁLEZ

08 de junio de 2023 12:00 AM

Al sentarme frente al PC me pasó por la mente que, así como yo paso las páginas mentales de realidades o suposiciones para escoger tema a escribir, me pregunto; ¿qué pensará cada columnista y cuáles serían las razones que le llevarían a desarrollar el temario que desea publicar?

La mayoría nos movemos en tres tendencias: sociales, económicas y políticas, pudiendo decir que orbitábamos más en lo público, constituyéndonos algunos en un colectivo predicador que tratamos de secar el mar sacando agua con un solo vaso bajo el cielo de una realidad paralela que no se materializa bajo lo sugerido.

Las columnas no pasan más allá de un me gusta o un reproche por parte del lector como de otros calificativos como: a quién le está haciendo el mandado ya que algunos utilizan el amiguismo para hacer parecer éxitos o fatalidades a un emprendimiento, proyecto, ejercicio o propuesta mostrada en la ciudad.

Se ha perdido la investigación la cual es reemplazada por la superficialidad y facilidad de obtener de muchas redes que sin fuentes anexas acarician y publican comentarios y noticias bajo llamativos diseños que llaman la curiosidad y muchas veces siendo lo que o no siendo lo que se dice gráficamente.

Se está careciendo de la especialidad de los portales (ambiente, salud, economía etc.) por la razón única que se materializa en una agencia del vivir por la desaparición y bajo rating de emisoras y canales de tv, en donde la noticia en algunas de sus formas hace gala a la desviación de buscar la clientela en el ejercicio del funcionario, servidor político y procesos electorales “en donde solo el que casa llega a ser publicitado con aparente o realidad fortaleza”.

Las empresas privadas patrocinan muy poco este colectivo de redes ya que han creado su propia divulgación con los más firmes estrategas de una cadena que minimiza los costos y desplaza valores humanos, dejando solamente la oportunidad pública que bajo el temor del escándalo a las ias y al temor de la pluma y lengua del emisor corren a silenciar mientras el escribiente silencia y desvía, creando un taponamiento arterial que desembocará en un infarto social pues el paciente pueblo no conocerá objetivamente la verdad.

Me atrevo a manifestar este, mi pensamiento porque parte de lo que siento y pienso se hace en esta oportunidad, ad portas de elección territorial.

Cartagena, el pasado está enterrado, ya no podemos cambiar esa realidad, pero si podemos luchar por lo que viene, nuestras generaciones deben tener prosperidad y para ello hay que hacer una reflexión y una confesión personal, donde estoy seguro, que muchos manejamos la doble moral, situación que jamás nos dejará progresar.

*Concejal de Cartagena.

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