Columna


Déjenla vivir

RUBÉN DARÍO ÁLVAREZ PACHECO

10 de marzo de 2018 12:00 AM

El que la serie televisiva “Déjala morir” haya ganado trece galardones en el Festival Internacional de Cine de Cartagena, es un buen indicativo de que la Región Caribe tiene talento de sobra para crear buenos contenidos con que seguir engrandeciendo su canal Telecaribe.

El desarrollo de la serie fue ratificando, poco a poco, que el Caribe colombiano tiene excelentes realizadores de cine y televisión, actores, libretistas, historias y productores como para entrar sin timideces en la competencia de las grandes series y telenovelas que a diario vemos en los canales privados de alcance nacional.

En lo que a mí concierne, vi de cerca cómo fueron los pormenores de la filmación de Déjala morir, y siempre me pareció indiscutible la calidad de su puesta en escena y el engranaje de todo lo que se movía tras las cortinas, más allá de lo que el público veía en las pantallas. Ahí están los 13 premios para ratificarlo.

Al mismo tiempo vi las dificultades y agonías por la falta de un presupuesto sólido que permitiera a todo el personal de la serie trabajar con la tranquilidad y la certidumbre que se requiere en este tipo de empresas.

Pese a eso, había algo que compensaba las precariedades, y era el enorme entusiasmo de actores y realizadores, quienes dejaban el sudor y el corazón en cada escena que filmaban, casi que sin recibir mucho a cambio, solo la satisfacción de haber contribuido, grande o mínimamente, con una obra que en el futuro mostraría sus frutos. Y así ocurrió.

Reitero entonces que la biografía de la cantadora Juana Emilia Herrera, “La niña Emilia”, es un magnífico arranque para que los buenos realizadores se aventuren a contar las historias que sobran en la Región Caribe y que podrían contarse mucho mejor que lo relatado en los textos oficiales que imparte la educación estatal.

Serían historias espléndidamente contadas desde los perdedores, y no desde las elites “ganadoras”. Solo se necesitaría mucha más participación de las entidades públicas y privadas, en cuanto a la asignación de recursos para hermosas producciones, como Déjala morir, que acaba de convertirse (a pesar de las afugias con que se filmó) en la serie más premiada de toda la historia de la televisión colombiana.

De paso, se demostró que no es tan necesario incluir alusiones al narcotráfico y a las mujeres “prepagos”, para conquistar el interés de los televidentes, quienes están ávidos de buenas producciones, sobre todo si se identifican con el entorno cultural en el que nacieron y se criaron.

Al mismo tiempo opino que es una obra que merece ser vista por todo el país. De manera que no sería tan mala idea que Telecaribe la proponga a los canales privados, con el ánimo de que se conozca la verdadera esencia caribe, mediante un drama musical hecho con puro talento costeño.

*Periodista

RUBÉN DARÍO ÁLVAREZ P.*
ralvarez@eluniversal.com.co
 

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