Columna


Del suero de la verdad al polígrafo

Christian Ayola

01 de junio de 2023 12:00 AM

La droga o suero de la verdad es una medicación psicoactiva que disminuye el umbral consciente y suspende transitoriamente los frenos de la voluntad, utilizada para obtener información de una persona que, se supone, se resiste a facilitarla; su utilización está clasificada como forma de interrogación prohibida de acuerdo al derecho internacional y es fuertemente cuestionada por organizaciones de derechos humanos. Aplicada por primera vez por el doctor y coronel William Bleckwenn en 1930, comandante médico, durante la Segunda Guerra Mundial en Nueva Guinea, sudeste asiático. Inicialmente utilizaron el barbitúrico Tiopentotal Sódico, pero finalmente fue remplazado por otros mucho más efectivos; el departamento médico de la CIA la recomendaba para evitar crueles torturas durante los interrogatorios, se considera hoy en desuso, en EE. UU. se relega a la investigación de casos de terrorismo y seguridad nacional, como los del 11S.

Uno de los grandes desafíos de convivir en la sociedad contemporánea es detectar cuándo la gente miente o está diciendo la verdad. La mentira consciente constituye una defensa frente a una necesidad apremiante, aún cuando hay mentirosos patológicos que mienten sin necesidad, acompañándola de falsa sinceridad. Desde el año 900 d. C. algunas culturas reconocían que cuando una persona miente genera involuntariamente respuestas corporales, pero fue Ezechia Marco Lombroso, célebre médico y criminólogo italiano, quien a principios del siglo XIX utiliza por primera vez un aparato llamado pletismógrafo para medir la velocidad del pulso y el volumen sanguíneo en los interrogatorios criminales.

En la década de 1920 William Moulton Marston, psicólogo graduado de Harvard, quien llevaba una vida familiar muy compleja, creador del comics “La Mujer Maravilla”, fue el ingenioso inventor del primer aparato para detectar mentiras, gracias a la adaptación de instrumentos para medir la presión arterial junto a otros parámetros vitales. Su invención fue la base del polígrafo desarrollado por John Augustus Larson, primer oficial de policía norteamericano en obtener un doctorado en 1920, estudiante de medicina en 1915, consiguió la maestría con su tesis sobre identificación de huellas dactilares, y el interés por la ciencia forense lo llevó a la Universidad de Berkeley en California, donde recibió su PhD en fisiología, él perfeccionó la toma de signos vitales y el registro en papel mientras se interroga con preguntas claves para establecer la veracidad.

Colombia es el tercer país del mundo con mayor número de poligrafistas certificados para realizar la prueba. El polígrafo en nuestro ordenamiento jurídico legalmente no es válido como prueba forense, tiene carácter de indicio que se complementa con otros, tanto técnicos, como con las entrevistas, que en conjunto permiten establecer la confiabilidad de un empleado o credibilidad del investigado. En todos los casos se exige una aceptación voluntaria para realizar el examen.

*Psiquiatra.

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