Columna


¿Docentes en Colombia?

JAIME BONET

03 de febrero de 2019 12:00 AM

A pesar del avance en la cobertura educativa en el país, falta una gran tarea en calidad. Por ejemplo, los resultados de la prueba PISA muestran que nuestros estudiantes están por debajo del promedio que obtienen los países de la OCDE. En la medida en que uno de los elementos que muestra incidencia en la calidad de la educación son los docentes, conocer sus características permitiría diseñar mejor la política pública sectorial. Me gustaría compartir algunas de las conclusiones de un trabajo reciente del CEER (Documento de Trabajo sobre Economía Regional y Urbana No. 276), donde hay una descripción detallada de los docentes colombianos.

El estudio indica que había 318.655 docentes vinculados al magisterio en 2017. De estos, 299.017 tenían cargos docentes y 19.638 eran directivos. El 93,6% de los cargos docentes se concentraban en primaria, secundaria y media. Los datos sugieren una mayor participación de mujeres dentro de los docentes del sector público: el 64,9% pertenecían a este género. La edad promedio era 47,4 años.

En cuanto a la formación, la investigación encuentra que el 91,9% de los docentes tienen un título profesional (9% son normalistas y técnicos o tecnólogos) y el 41,1% poseen un título de posgrado. Otra característica importante es que no todos los docentes tienen una vinculación permanente. En 2017, el 80,7% de los docentes estaban nombrados en propiedad y 1,5% aprobó el concurso docente, pero estaba en periodo de prueba. El restante 17,8% tenía nombramientos provisionales.

Una manera de aproximarse a la calidad de los docentes es a través de sus resultados en la prueba SABER 11 al terminar el bachillerato. El estudio encontró que los docentes de instituciones urbanas y en municipios certificados, tienen puntajes bastante más altos que los de las zonas más remotas. Los puntajes también son mayores en municipios cerca de la capital departamental, con mayor población y tasas de homicidio más bajas. Al controlar por aquellas características de los departamentos que podrían afectar las diferencias, se reduce la brecha entre instituciones urbanas y rurales y aumenta aquella entre municipios certificados y no certificados. Esto refleja diferencias regionales importantes en la selección de los docentes.

Las conclusiones del trabajo señalan que es fundamental hacer más esfuerzos por llevar docentes de alta calidad a las zonas más remotas del país y ofrecer una mayor estabilidad en los contratos. Al tener más profesores de planta se evitarían los procesos tortuosos de contratar, que se dan año a año, y que reducen las horas efectivas de clases. Esto al final permitiría formar mejor al estudiante.

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