Columna


Dos volcanes dormidos

RICARDO TROTTI

16 de junio de 2018 12:00 AM

El pacto por desnuclearizar a Corea del Norte es un hito histórico. El peligro está en que un pequeño cortocircuito en el proceso podría despertar el carácter volcánico de los protagonistas y dejar todo en ceros.

Todo empezó bien. Se sentaron a la par como iguales pese a sus diferencias extremas. Donald Trump, representante del capitalismo y de la mayor potencia económica; Kim Jong-un, del comunismo y una de las naciones más opresivas y pobres del mundo.

El pacto marcó el inicio de desmantelar armas nucleares norcoreanas, impensable meses atrás cuando el dictador Jong-un jugaba a lanzar misiles nucleares en los cielos de Japón, amenazaba con destruir Hawai y alcanzar territorio continental estadounidense. Trump prometía borrar a Corea del Norte del mapa.

Tras la tregua, Trump aspira a que la desnuclearización sea total e irreversible. Exige apertura política, incluido liberar más de 100 mil personas en campos de trabajo forzado. Pretende que el proceso termine durante su Presidencia. Los pronósticos son reservados. Jong-un quiere reconocimiento para su régimen, pero nada se dijo sobre su adicción a violar los derechos humanos.

El coreano salió victorioso. Hizo mucho ruido con sus misiles, puso al mundo al borde de un ataque de nervios, y logró un baño de popularidad como un ridículo “Goldfinger”, el villano de James Bond, empecinado en ser el amo del mundo.

Trump tomó la posta y lo invitó a negociar, aunque antes el mundo vio un reality show en el que se reciprocaron descalificativos poéticos: “payaso, enfermo mental” y “gordito cohete”. Al final, juntos en Singapur, se tiraron flores y tildaron de líderes, talentosos y amantes de sus pueblos. Trump puso moño a la ceremonia sorprendiendo a Jong-un con un video, “Dos hombres, dos líderes, un solo destino”. Mostró la ficción de una Corea del Norte sin armas nucleares ni sanciones económicas, y con sus “hermosas” playas repletas de hoteles de lujo, su debilidad. Un ‘The End’ de película.

A muchos les disgusta el caos que Trump provoca con su estilo arrogante y acciones drásticas. Pero no se puede obviar que es el único presidente que se ha mantenido fiel a sus compromisos de campaña, que lo catapultaron a la Casa Blanca, incluidas construir el muro en la frontera sur y explorar petróleo mares afuera, lo que tiene alarmados a los ambientalistas.

Habrá que esperar que la volatilidad retórica de ambos líderes no se dispare ante la mínima diferencia en el proceso. Si estos volcanes permanecen dormidos y permiten a diplomáticos y técnicos arreglar los entuertos, la desnuclearización será real, así como el optimismo de mejores relaciones entre las dos Coreas, que empezó a manifestarse desde que compitieron unidas en las pasadas olimpíadas de invierno. 

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