Columna


El cambio por la vida de Colombia

BERNARDO ROMERO PARRA

22 de junio de 2022 12:00 AM

Una de las razones de la decisión democrática del pueblo colombiano, al elegir a Gustavo Petro como Presidente de Colombia 2022-2026, es la crisis de un sistema de gobierno indiferente ante las cifras de pobreza y la magnitud de los problemas sociales que agobian a la población, prueba de ello es la protesta ciudadana que vivió el año pasado el país, manifestación pública que como una especie de lava, se movía en el subsuelo carcomiendo las estructuras de un Estado dirigido por funcionarios que se olvidaron de que su principal labor es servir al pueblo, como lo dice la Constitución de 1991.

Evidencia es el empeño del presidente Duque en entrevistas a medios de comunicación durante las movilizaciones, en desestimar el malestar de los marchantes, afirmando que su administración tiene logros que jamás otro gobierno ha alcanzado, dejando la conclusión en quien lo oía o veía, que en Colombia todo estaba bien, con un auto convencimiento irreal e incoherente. Tal como lo referenció en días pasados el editorial de El Universal sobre la entrevista con el Presidente, al resaltar que no se notó ninguna aflicción en el rostro de Duque ante los bajos registros de favorabilidad que figuran en encuestas y sondeos de opinión, sobre su gobierno al término de su mandato.

Las mayorías ciudadanas vencieron los miedos y decidieron entregarle el poder a un político de ideología progresista que desde hace muchos años viene proponiendo cambios en la forma de hacer política, donde se cumplan los postulados de la Constitución, que tienen como fin esencial la defensa de la vida, la libertad y la dignidad humana. Luego el presidente electo Gustavo Petro tiene grandes retos, como él mismo señaló en su discurso al proclamar su victoria, entre ellos hacer realidad el gran acuerdo nacional que facilite el diálogo entre las fuerzas vivas sobre los grandes problemas nacionales; lograr la reconciliación entre los colombianos; no utilizar el poder para destruir a los oponentes; no hacer persecución política ni judicial; la promoción de diálogos regionales; reivindicación social para los afros y los indígenas; construir la prosperidad desarrollando el capitalismo, promoviendo la producción nacional en la industria, el turismo, el campo y demás sectores económicos, teniendo como premisa que la riqueza nacional depende del trabajo.

Como demócratas apoyaremos todos los planes y programas del nuevo gobierno que beneficien al pueblo, y pedimos la adopción de comportamientos de paz y reconciliación a nuestros conciudadanos, porque solo así podremos conseguir en Colombia un cambio por la vida.

*P.U. Comunicación Social Periodismo.

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