Columna


El engendro de la JEP

RAFAEL NIETO LOAIZA

08 de octubre de 2017 12:00 AM

Diez razones para ponerle fin al engendro de la Jurisdicción Especial de Paz (JEP).

1. La JEP es ilegítima por cuanto su origen, el pacto con las Farc, es espurio: fue rechazado por la mayoría en el plebiscito del dos de octubre.

2. La JEP le rompe el espinazo a la rama judicial: se crea en contra de la rama y por fuera del ordenamiento constitucional, el mecanismo de escogencia de sus miembros fue caprichoso y arbitrario, no responde a los regímenes de inhabilidades y de conflicto de interés.

3. Todos los jueces deben ser imparciales. Por su naturaleza, esa exigencia es aún mayor para quienes tienen la tarea de impartir justicia a quienes participaron en un conflicto armado. La JEP no da garantías de imparcialidad. La mayoría de jueces tiene tendencia de izquierda y abiertamente antiuribista.

4. En el pacto con las Farc se dice que serán los mismos magistrados de la JEP quienes definirán el derecho sustantivo aplicable. Salvo que en la ley estatutaria, que no se ha aprobado, se diga de manera expresa que será la ley penal colombiana, se atentaría contra el principio fundamental según el cual nadie puede ser juzgado sino de acuerdo con ley previa.

5. La JEP rompe el principio de la cosa juzgada porque puede revisar todas las sentencias y sanciones de los órganos de control. 

6. La JEP rompe el principio de prescripción de la acción penal porque puede adelantar el juzgamiento de cualquier persona sin considerar la fecha en que se hubiese cometido el supuesto delito.

7. La JEP es un instrumento para dejar en impunidad los crímenes de las Farc. En efecto, deja sin sanción privativa de libertad los crímenes internacionales de las Farc. La supuesta pena alternativa es también de mentirillas.

8. En cambio, servirá para perseguir a los miembros de la Fuerza Pública en activo o en la reserva y a los agricultores, ganaderos, empresarios, que fueron objeto de extorsión por los más diversos grupos criminales, y a todos los que se opusieron a la guerrilla. En esa línea, el propósito de la JEP lo confiesa el bandido Andrés París: es fin de la JEP, dijo, “que el señor Álvaro Uribe Vélez sea preso y se le imputen todos los cargos y responsabilidades por asesino, narcotraficante y corrupto”.

9. Los miembros de las Farc harán política sin las restricciones que operan para el resto de ciudadanos: no importa si han sido condenados por delitos comunes o por crímenes internacionales, o si están siendo juzgados o están cumpliendo sanción de la JEP o las supuestas obligaciones de verdad y reparación.

10. Se fomenta el narcotráfico: este delito, cuando sea cometido por las Farc, será de competencia de la JEP, se le tratará como delito conexo a los políticos, de manera que se pueda amnistiar e indultar. Se invierte carga de la prueba en extinción de dominio, para que los miembros de las Farc y sus familiares disfruten de su fortuna hasta que el Estado pueda demostrar su origen lícito.

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