Columna


El mundo al vuelo

MAURICIO CABRERA GALVIS

02 de septiembre de 2018 12:00 AM

Mientras en Colombia celebramos la inesperada y extraordinaria votación de los 12 millones de ciudadanos que siete veces dijimos ‘No más corrupción’, y esperamos que pronto haya cambios en la forma de hacer política y negocios, el mundo se sacude con crisis económicas y políticas, a las que hay que atender porque pueden ser negativas para el país. Sobre todo las económicas.

La más cercana es la de Argentina: su peso se devaluó más del 100% este año, llegando la cotización del dólar a cerca de $40. En diciembre de 2015, cuando empezó el gobierno de Macri, que dizque arreglaría el desorden del gobierno anterior, el precio del dólar era de $9,70.

Para tratar de defender su moneda, el banco central subió sus tasas de interés hasta el 60%, las más altas del mundo, y negoció un crédito de 50.000 millones de dólares con el FMI, con las conocidas reglas de austeridad fiscal. Hasta ahora ninguna medida tranquiliza a los argentinos que aún recuerdan con amargura las pérdidas del “corralito cambiario”, en el 2001.

El vecino Brasil se contagió del temor de los inversionistas internacionales. El real brasileño se devaluó 31% frente al dólar en el último año por la salida de capitales, también presionada por la crisis política. El impacto en Colombia ha sido menor, pero también se refleja en la gran volatilidad del dólar en las últimas semanas, y su tendencia al alza pese a que los precios de petróleo siguen altos.

En otra esquina del mundo, Turquía preocupa a los mercados. Por las salidas de capitales internacionales, en agosto la lira turca se devaluó 27% frente al dólar, y en el año su pérdida de valor llegó al 80%, aunque ya se recuperó un poco.

Allá las causas son un poco distintas a las de Argentina: el excesivo endeudamiento externo y, en particular, los efectos de las sanciones comerciales de Trump impuestas por encarcelar un pastor gringo acusado de espionaje y terrorismo.

Además del efecto contagio sobre los flujos de capitales internacionales, estas crisis cambiarias tienen un impacto negativo en Colombia por el lado de los flujos de comercio. Hace 2 años una lira turca valía $1.150 y hoy vale $426. Frente al peso colombiano, el peso argentino pasó de $330 a $100 en el mismo período. Esta enorme apreciación de nuestra moneda encarece nuestras exportaciones allí, y abarata las importaciones provenientes de allá.

El otro cataclismo en la economía mundial es la guerra comercial que el señor Trump declaró contra Europa y China, imponiendo aranceles a los productos de esos países, que fue respondida con aranceles a los productos gringos, en una escalada que tiende a empeorar.

Cuando los elefantes pelean, sufre el pasto, dice el refrán africano, que se aplica a Colombia como espectador víctima de esta guerra, porque se cierran los mercados de nuestras exportaciones y porque nos podemos inundar de los productos que China no pueda vender en Estados Unidos. Hay que prepararse para enfrentar las convulsiones de la economía mundial.

*Economista

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