El XXV Congreso de la Internacional Socialista sesiona desde el jueves en el Centro de Convenciones Julio César Turbay de Cartagena. El Presidente Juan Manuel Santos lo instaló, ante un auditorio de más de 500 delegados de los países del mundo afines a esa organización. Es menester recordar que el Partido Liberal ingresó a la Internacional Socialista el 9 de noviembre de 1999.
Coincide el congreso con la firma de la Paz en Colombia debida a los Acuerdos de la Habana que a la vez sirven de marco a este importante acontecimiento de carácter ideológico. Mientras en una zona del país los guerrilleros de la FARC-EP entregan las armas a los comisionados de la ONU, armas que primero se asegurarán en contenedores y serán destruidas para posteriormente construir monumentos alusivos al fin de la guerra; en el centro de convenciones se habla de la paz y de los conflictos en otros lugares del mundo que ponen en peligro la convivencia entre naciones hermanas.
Al Congreso asisten entre otros dirigentes e intelectuales como Lionel Jospin, Cuauhtémoc Cárdenas, Isabel Allende, y George Papandreou, que funge como presidente de la organización.
En la primera sesión plenaria los delegados se pronunciaron sobre la paz en el mundo y naturalmente hicieron comentarios elogiosos al proceso exitoso que culminó en Colombia, acto que representa el fin de la guerra que por varios decenios existió en las zonas rurales de la nación. Debemos ratificar que ese conflicto era una guerra asimétrica que afectó más a las gentes de las zonas rurales y con leve incidencia en las urbanas. De todas maneras produjo pérdidas incalculables en la economía y retardó el progreso de la nación. Afortunadamente esta vez los medios han reaccionado concediéndole la importancia mediática a ese acontecimiento histórico para el país. Este proceso fue un gran triunfo del gobierno, a pesar de lo que sigan manifestando los propugnadores de la guerra.
Claro está que Colombia es una nación con tantos desequilibrios sociales y culturales que aún le quedan por resolver otros factores de violencia: las bandas criminales, rezago del paramilitarismo y el propio narcotráfico que por tantos años se diseminó en el tejido social. Los próximos gobiernos tendrán que enfrentar esa situación para de una vez por todas eliminar ese cáncer mortal.
El XXV Congreso de la Internacional Socialista y la Social Democracia, reunido en Cartagena, ojalá sirva como dinamizador a la dirigencia política y así aspirar a que las colectividades con ideología prevalezcan y perpetúen la democracia, marginando a los movimientos populistas y clientelistas ayunos de ideas y de ética.
*Exdirector de El Universal. Académico de Medicina e Historia.
dmorond@gmail.com
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