Columna


Estruendoso fracaso

ALBERTO ABELLO VIVES

16 de noviembre de 2013 12:02 AM

La información que este diario ofreció a los lectores y el enorme debate a través de las llamadas redes sociales digitales sobre el período festivo que acaba de terminar hacen pensar que el modelo festivo estrenado por la actual administración distrital fracasó. Ignorar la experiencia de más de una década del difícil ejercicio de comprender y revitalizar las fiestas novembrinas; desoír a folcloristas y agrupaciones sociales experimentados; imponer con terquedad un modelo festivo ya superado; actuar autoritariamente para desconocer acuerdos previos; pasar por encima de una política pública de fiestas madurada y concertada; son todos ellos los rasgos de la política cultural distrital. Y todo ello pasó cuenta de cobro.

Dos editoriales de este diario dan cuenta del enorme riesgo para la revitalización de las Fiestas de Independencia, alertan sobre el retroceso y llaman a trabajar por el rescate festivo como derecho cultural. La ciudad volvió a celebrar el 11 de noviembre con la coronación de una reina de belleza, cuando ello se había superado, para darle paso a una conmemoración cultural y festiva. Como dijo la primera plana “la ceremonia resultó fría y aburrida para los asistentes al auditorio Getsemaní”.

El desfile de la Independencia que se venía celebrando como un caudal festivo recogiendo coloridas iniciativas barriales de bandos, carnavales y cabildos, reviviendo comparsas y disfraces, fue remplazado por un desfile militar. “Sin embargo –dice el diario- pocos ciudadanos asistieron al evento”. La masiva y populosa participación que ocurría años atrás con el desfile festivo fue remplazada por la ofrenda floral que hiciera un pariente cercano del gobernante. “Tampoco se vieron banderas de la ciudad izadas en las casas, demostrando poco interés de la ciudad por esta fecha importante”, remata la nota de prensa.

Otra nota de prensa igualmente asegura que el desfile folclórico del 7 de noviembre, en el que se restableció el predominio de los intereses de una empresa privada y sus patrocinadores y se puso en condición subalterna a las expresiones culturales, no tuvo el “brillo” esperado y produjo desencanto.

Mientras tanto, en los barrios, la cosa era a otro precio. Getsemaní ignorado hizo caso omiso y realizó su ya tradicional cabildo. El bandito de Los Calamares registrado por un reportero aficionado causó sensación entre analistas y expertos nacionales. En la calle 11 de noviembre del barrio Escallón Villa, por noveno año consecutivo, se realizó un desfile “lleno de alegría y color”, dice El Universal. Y como ellos otros tantos desfiles y comparsas pues en los barrios y en las escuelas está el renacer de las

Fiestas de Independencia: eso lo han mostrado con o sin apoyo gubernamental, y allí está el futuro de ellas que la actual administración no quiso ver.
Han pasado las fiestas, pero la ciudad no puede pasar la página y esperar las del 2014 sin más ni más. Es aconsejable repensarlas para no repetir este estruendoso fracaso.

*Columnista quincenal

albertoabellovives@gmail.com
 

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