Columna


Gabriel Rodríguez Diago

GABRIEL RODRÍGUEZ OSORIO

24 de junio de 2019 12:00 AM

Gabriel Rodríguez Diago (San Juan Nepomuceno 1887 - Bogotá 1942), abogado de la Universidad Nacional egresado en 1910, hermano de Ramón Rodríguez Diago (San Juan Nepomuceno 1876 - Bogotá 1927), ambos ministros de Estado, congresistas, y Ramón, gobernador de Bolívar.

Gabriel fue presidente de la Cámara de Representante en 1926 y en 1928 ministro de Gobierno del presidente Miguel Abadía Méndez.

Vivió en carne propia los sucesos de la matanza de las bananeras, de la que nunca se supo con certeza cuantos fueron los muertos. Unos dicen que pocos, otros dicen que miles. Gabito dice que eran tantos que llenaron todos los vagones del tren para llevarlos y botarlos al mar, para ser engullidos por los tiburones.

Gabriel fue un animal político. Había heredado de su cuñado el nuñista José Ulises Osorio García (San Juan Nepomuceno 1864 - 1933), quien estaba casado con su hermana Mercedes, todo el extenso caudal político que tenía en el Bolívar Grande. Cuentan en reuniones familiares, que Ramón era el guante de seda y Gabriel el papel de lija, por sus duras posiciones políticas. Era de espíritu festivo, tanto que su casa en Bogotá era una especie de consulado adonde acudían los jóvenes cartageneros que iban a estudiar a la capital, estaba casado con Raquel Franco Pareja. Los sancochos el domingo tenían tanta fama, que algunos bogotanos se disputaban por ser invitados, entre ellos el joven Mariano Ospina Pérez. Ese carácter alegre y gracioso contrastaba con sus posiciones de línea dura, pero moderada del Partido Conservador.

En noviembre de 1928, 25.000 trabajadores de la United Fruit Company se declararon en huelga. El 6 de diciembre enfrente de la Plaza de Ciénaga (Magdalena) ocurrieron los hechos que la historia recuerda como la ‘Matanza de las Bananeras’. Al mando de las tropas estaba el general Carlos Cortés Vargas, quien había sido designado por el ministro de Guerra, Ignacio Rengifo Borrero, como comandante para reprimir la huelga. El gobierno alegaba que si no intervenía, los gringos mandarían a sus marines para reprimirla.

Las demandas de los trabajadores eran justas, por lo que Gabriel discrepada del Ministro de Guerra. A las 11:00 p.m. la plaza hervía de huelguistas. Cortés Vargas monta una ametralladora en el centro de la plaza, da la orden de abandonarla, y como no lo hacen ordena abrir fuego.

El presidente Abadía para premiar a Cortés Vargas lo nombra Director de la Policía. Nombramiento al cual se opuso Gabriel y como no pudo impedirlo, renunció en forma irrevocable a su cargo de Ministro de Gobierno. Sin embargo un año después el presidente destituye a Cortés Vargas, llevándose por delante la candidatura presidencial de su padrino político el ministro Rengifo. Gabriel siguió en política, pero ya había empezado la hegemonía liberal, donde tuvo enfrentamientos por la política segregacionista de Eduardo Santos.

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