Columna


Gustavo II

ORLANDO BUSTILLO JR

24 de noviembre de 2022 12:00 AM

Es la pobreza. Necesitamos salir de la pobreza económica, monetaria y mental, pero hacemos todo lo contrario, atacamos la fuente. Hasta hace pocas décadas nuestros economistas buscando la ruta de la seda, solo tuvimos un monocultivo y un valor agregado menor, el café. Hubo una época que, tal vez el algodón, intentó ser el oro blanco pero su debilidad como cultivo fue arrasada. Hoy, creemos ser el ombligo del mundo y le apostamos al turismo sin tener en cuenta que existen regiones y países en el mundo mejor organizados que respetan la turista y se hacen respetar del turismo depredador.

Contamos con las llaves para algunos años más y tener fuentes de energía suficiente en la que Colombia, la transición necesita fuego. Hemos demostrado hasta la saciedad que, si bien no somos exportadores principales de petróleo, gas y carbón, no somos los contaminadores en esos ítems y sí los son la deforestación para la producción de coca y el expansionismo latifundista. En este momento recuerdo cómo en la década de los 70 Arturo Uslar Pietri les decía a sus compatriotas: “Sembremos el petróleo”, pero oídos sordos, no generaron otros productos que hubieran permitido educar a su población y prepararse para el hoy. La pobreza se pasea en los menos favorecidos cual plaga.

De Roberto Angulo rescato este párrafo en Portafolio (nov, 17 de 2022): “Basado en el enfoque de capacidades de la filósofa M. Nussbaum y el economista Amartya Sen, que define la capacidad como el conjunto de cosas que una persona puede ser o hacer con su vida, este concepto se enfoca, más que en la energía en sí misma, en las cosas en las que se usa la energía, tales como la alimentación, la educación, la movilidad, los servicios de salud, las comunicaciones, entre otros”.

¿Cómo podemos romper el ciclo de la miseria y pobreza? La primera respuesta parece fácil de decir: Educación. Pero he insistido tantas veces que en Colombia confundimos educación con escolaridad; por otro lado, ¿cómo educarse con hambre?, ¿sin salud? Nadie niega las buenas intenciones y la carta del niño Dios del director del DNP y su ambicioso plan. ¿Pero es eso lo que el país necesita en este momento? Presidente Gustavo Petro: ¿Salvar el mundo o salvar el país? Jorge I. González, del DNP, basa su plan nacional en el ordenamiento territorial (y otros 26 objetivos) tan tortuoso propósito que en Cartagena no sabemos por dónde coger la pelota, ni Pemp ni POT hemos podido adelantar en más de dos décadas. Tarea titánica en medio de las dificultades del ciudadano que día a día necesita resolver lo básico primero.

Con la crisis económica que se avecina, creo menester primordial seguridad física, escolar, energética, alimentaria y vivienda antes de pensar en trenes voladores. Parece ser que el presidente está tomando nota, pero muchos de sus ministros, no. Señor presidente, quebrarle el cuello a la pobreza es su misión si decide aceptarla, pero sin secar las fuentes de ingresos.

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