Despierta la curiosidad que una de las debilidades del reportaje periodístico esté dada por la ausencia de preguntas que ahonden en la situación que lo motiva. Es de suponer que en ese esfuerzo de formación profesional que persiste con el empeño de Jaime Abello Banfi y Jaime García Márquez, al frente de la Fundación del Nuevo Periodismo, algo se haya reflexionado.
Lo que despertó mi interés es un hecho reciente. Un director del Banco de la República, con opción de continuar, renunció para aceptar la Rectoría de una universidad en Barranquilla.
Quizás la manera de informar del hecho esté atrapada en una forma predispuesta aplicada a las noticias sobre cambios de empleos. Esta repetición que no atiende lo específico, se puede denominar burocracia, tan maldecida por los ciudadanos cuando se dificulta la solución de sus pretensiones.
Entonces me interrogué: ¿por qué no han preguntado la causa que incline a una autoridad en la conducción de la economía nacional, a separarse de tasas de cambio, inflaciones, intereses, y dirigirse a una rectoría universitaria?
Este director fue nombrado por el presidente de la República en la Junta del banco emisor. Se reconocieron las investigaciones sobre la pobreza, sus propuestas de superación, la formación de investigadores, los inventarios de obras plásticas y catálogos, y la influencia en la selección de gerentes de las agencias del Banco, en el Caribe, con una formación intelectual sólida, en historia o en antropología. Esto último no consistió en un mecenazgo caprichoso. Se trataba de responder al frecuente argumento de que los caribes somos los incomprendidos, y allí reside la causa de la exclusión. Ahora, los estudiosos, desde Cartagena del Caribe hasta la Guajira y San Andrés, recuperan el rastro de la realidad y las causas de un atraso desigual que todos los años de la República, no han resuelto ni dispuestos los planes.
Es sabido que el periodista escribe en caliente. Por ello la exigencia en su preparación es inclemente, su contacto con la comunidad diario. Lo que aparece en El Universal, o El Heraldo, adquiere ante el lector estatuto de verdad.
Me acerqué al enigma cuando el personaje, Adolfo Meisel Roca, asumió la Rectoría de la Universidad del Norte, con una bella lección inaugural: El liderazgo y el futuro del Caribe colombiano. Es notable que se tracen rutas a la educación superior, tan agobiada por la angustia de los empleos.
Desconozco que habría respondido Adolfo a la pregunta. Infiero por su lección, que la educación es la base que resolverá la desgracia actual. Fracasó la política, la religión, la caridad.
Comentarios ()