Columna


Hoy es fin de año

MIGUEL YANCES PEÑA

31 de diciembre de 2012 12:00 AM

MIGUEL YANCES PEÑA

31 de diciembre de 2012 12:00 AM

Hoy, el último día del 2012, quiero desearle a todos que el próximo sea el mejor año de sus vidas. Por supuesto que no basta con deseárselo para que se haga realidad. Cada uno tiene la obligación de entender que sus sueños y propósitos son de su entera responsabilidad, y deben primero que todo tenerlos, y luego luchar por conseguirlos: nadie puede satisfacérselos, porque automáticamente dejan de producir la felicidad de la auto realización.
Se entiende por supuesto que no me refiero a los niños, ellos dependen para todo de los adultos. Sin embargo, aunque no lo concienticen, también tienen su propia forma de lucha: en la primera infancia, mediante el llanto y el chantaje afectivo, o la seducción de una sonrisa (como algunas mujeres); y ya más adultos, mediante los retos que sus padres o maestros les coloquen.
Hay dos hechos que impactan profunda y positivamente el ánimo de los seres humanos: el primero, lograr una meta (mientras más luchada más), y la segunda, hacer feliz a los demás. Hacer feliz a otros es tarea bien difícil en lo material, porque ellos lo serán sólo en la medida en que puedan sentirse gestores de sus propios logros; o que definitivamente se encuentren en un grado extremo de vulnerabilidad y dependencia: los niños y los más pobres por ejemplo. De ahí que quienes pueden o saben cómo, vuelquen sus energías y recursos para lograrlo: “la felicidad que provocan en los otros es su propia felicidad.”
Pero aún, en estos casos extremos, no podemos desconocer que es más satisfactorio, lograr la atención de los gobiernos mediante la movilización, la buena escogencia de los dirigentes y la lucha pacífica y organizada (se sienten participes) que con las dadivas que se convierten en una especie de obligación del otro y no un logro.
El otro gran satisfactor, lograr las propias metas, de lo que ya esbocé algo en el párrafo anterior (se sienten participes) encierra una gran dificultad. Parece que no basta la autosatisfacción, si no que por alguna extraña razón se reclama el reconocimiento de los demás, y en esa medida se pasa a depender de ese reconocimiento, o sea de los demás.
O se renuncia a él a cambio de algún dinero, con lo que aparecen los avivatos que se roban las ideas y las creaciones artísticas de los más tímidos o humildes. De esos hay una infinidad, aunque se enriquezcan y logren engañar, dudo mucho que se sientan genuinamente satisfechos.
De manera que les deseo a todos nuevamente, que el 2013 sea el mejor año de su vida, no en lo material (la acumulación de riqueza) sino en lo espiritual: en la autosatisfacción con lo que se logra, y el servicio a los demás. Y a los políticos, que disponen del dinero y el poder públicos, que no desaprovechen la oportunidad para hacer el bien; les aseguro que produce más satisfacción que los bolsillos llenos y el falso elogio.
Por otro lado, ya para esta fecha la gente debe andar sin dinero producto del gasto navideño (la época más costosa del año). Los precios suben tanto, porque sube la demanda, especialmente el de los tiquetes aéreos, que en las ciudades turísticas, hay que planear la reunión familiar, ya no para el 24 y el 31, sino para cuando termine la temporada alta: por allá en febrero.
Y si fuéramos más inteligentes y menos emotivos, también las compras.

*Ing. Electrónico, MBA, pensionado Electricaribe

movilyances@gmail.com

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