Columna


Insistir, persistir y nunca desistir

Ni delegando su ejecución, como en el caso de la protección costera, logramos avanzar adecuadamente en los proyectos de inversión. Aún hay mucho trabajo por adelantar en este frente.

JAIME BONET

01 de septiembre de 2019 12:00 AM

Al revisar el informe de calidad de vida preparado por Cartagena Cómo Vamos (CCV) me quedó la percepción que la situación se repite reporte tras reporte. Tal vez una de las afirmaciones que más queda es que la capital de Bolívar tiene la mayor tasa de pobreza entre las principales capitales de Colombia. Eso sucede a pesar que las finanzas públicas tienen un potencial que podría generar los recursos para corregir la situación descrita. Aún con el desasosiego que pueda surgir, como me lo mencionó María Claudia Peñas, directora del CCV, hay que insistir, persistir y nunca desistir.

Quiero entonces aprovechar este espacio para persistir en la necesidad de mejorar los recursos públicos y la calidad del gasto, con el fin de lograr los cambios en las condiciones de bienestar de Cartagena. Las finanzas públicas del Distrito muestran una insuficiencia presupuestal: los recursos disponibles no son suficientes para atender las necesidades de inversión que necesita la ciudad. Ahora bien, los recursos nunca serán suficientes porque siempre habrá necesidades por atender. Sin embargo, es cierto que existe un potencial en el recaudo tributario local que, de explotarse, podría aportar fondos importantes para atender las demandas sociales y de infraestructura. Por ejemplo, llevar el recaudo del predial del 45% de lo facturado al 78% podría significar cerca de $3,0 billones adicionales en 12 años. Con un mayor esfuerzo recaudatorio el impuesto de industria y comercio alcanzaría ingresos adicionales por aproximadamente $1,0 billón más en el mismo periodo. Con eso sería suficiente para financiar la ruta estratégica propuesta por CCV para erradicar la pobreza.

Otro recaudo potencial son los ingresos no tributarios, los cuales en Barranquilla han sido una fuente importante de recursos. En 2018, Cartagena recaudó $48.000 millones y Barranquilla $123.000 millones por este concepto. Distintos rubros marcan la diferencia entre las dos ciudades. Con diversas tasas, la capital del Atlántico recaudó $70.000 millones y la de Bolívar $48.000 millones, mientras que en multas de tránsito la primera recolectó $34.000 millones más que la segunda. La contribución por valorización generó ingresos por $12.000 millones en Barranquilla frente a $1.000 millones en Cartagena.

No puedo desistir en que recaudar no basta porque también se requiere una mejor calidad del gasto. Seguimos con problemas en la estructuración y ejecución de los proyectos. Ni delegando su ejecución, como en el caso de la protección costera, logramos avanzar adecuadamente en los proyectos de inversión. Aún hay mucho trabajo por adelantar en este frente.

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