Columna


La ambición de la esperanza

“Vital tendrá que ser el manejo de las relaciones con los entes nacionales, en especial con la Presidencia (...)”.

RAFAEL VERGARA NAVARRO

28 de diciembre de 2019 12:00 AM

¡Rompimos las cadenas! dijo el alcalde Dau y el aplauso jubiloso y plural en un Centro de Convenciones a reventar, lo confirmó con creces. El pueblo las rompió de nuevo hastiado de la corrupción y el líder dejó claro que avanzar exige responsabilidad de todos con el cambio, denunciar, cambiar, apoyar y defender el triunfo. La clase política fue derrotada pero no está vencida y va a agredir, a torpedear para impedirle gobernar.

Compartir sin tapujos el empalme de la Alcaldía visualizó la dimensión del reto, los excesos, vacíos y deficiencias, también los logros a seguir construyendo sin el peso del desangre clientelista y delincuencial.

A Dau la indignación le nace de amar al pueblo irredento, la justicia, la decencia, a la otra Cartagena condenada a mal vivir por el manejo doloso y culposo del recurso público, por la sangre chupada a la salud y la educación usando las órdenes de servicio exuberantes, las obras inconclusas, la ley trasgredida, los contratos amañados y el despilfarro.

Cauterizar ese manejo aberrante permitirá recuperar el 70% del presupuesto que el alcalde visualiza cuando habla de la fuente de financiación para erradicar la pobreza, vencer el hambre y desatar la dignidad del excluido.

La fiebre es alta y la cura drástica porque la impunidad socializó el delito y la infracción, estimulando la complicidad, el silencio y el miedo. Fortalecer el ejercicio de la autoridad no da espera. El estado distrital es débil y urge reformar su estructura, robustecer con acciones y mística renovada la memoria y solidez institucional, valorar a quienes con honradez en las diferentes dependencias han sido soportes en medio del caos. Seguro los nuevos funcionarios escogidos por mérito determinarán a quiénes darles seguridad e integrarlos al cambio.

Estimo que diseccionar el histórico cáncer exige servidores públicos sin hierro en la frente ni islas, priorizar las innumerables tareas vitales aplazadas, entre ellas, construir a la par con el Plan de Desarrollo una fe común de ciudad que fortalezca la identidad, contribuya a la paz y la derrota de la cultura de la incultura, la del atajo, el derecho a no tener derecho, la corrupción y la viveza como virtud. Vital tendrá que ser el manejo de las relaciones con los entes nacionales, en especial con la Presidencia y fortalecer el apoyo de la Procuraduría y la Fiscalía.

En Cartagena hay varios “alcaldes” no elegidos con injerencia en temas como el ambiente, el portuario, el de patrimonio. Básico es trabajar con comunicación previa y armonía.

Ante la crisis climática en el periodo 2020-30 es esencial invertir en el Plan 4 C, disminuir las emisiones de CO2, arborizar, no contaminar ni deforestar las zonas de bajamar. Fortalecer el Ecobloque y la Cumbre de Poderes es inaplazable para romper las cadenas de la apropiación indebida del territorio y conociéndolo el alcalde Dau es garantía de liderazgo y autoridad. ¡Feliz Año!

*Abogado ambientalista y comunicador.

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