Es materia de debate constante la definición de lo que se ha denominado economía popular, sin embargo es claro que esta se distingue por algunas características recurrentes: Bajo acceso a crédito, tecnología y capital humano calificado, bajos niveles de activos y rezagos de productividad en comparación con la economía consolidada.
Un documento publicado por la Cámara de Comercio de Cartagena acredita que en el periodo comprendido entre enero y noviembre de 2012 se encontraban registradas en la ciudad cerca de 19.971 de las cuales más del 90% estaban representadas por microempresas cuyos activos totales solo alcanzaban $257 mil millones, en tanto que las 120 empresas más grandes de la zona contaban con activos equivalentes a $20.4 billones. Vaya brecha!
Pese a lo anterior, el impacto del sector popular de la economía es profundo, considerando que a partir de ella se genera la mayor proporción del empleo formal e informal de la ciudad y por ese sendero el sustento de la mayoría de nuestros hogares pobres.
Le he escuchado decir a muchos comerciantes mulatos y mestizos de Bazurto, que el mercado es la mayor empresa de Cartagena y en verdad hay estudios que sostienen que allí se generan alrededor de 35 mil puestos de trabajo (Lian 2004 y Rizo Pombo 2009). Solo en un tramo de la transversal 22 de dicho sector se ubican cerca de 192 comerciantes callejeros de frutas y hortalizas con capacidad de movilizar volúmenes de mercancías por valores que oscilan entre $700.000 y $3 millones diarios según caracterización realizada por la Universidad de Cartagena en 2010. Por ello cuando se habla del traslado de Bazurto, no se alude a una simple operación física consistente en ubicar el comercio de alimentos en otra zona geográfica de la ciudad, pues en verdad lo que se traslada es una economía dinámica y compleja, vital para un porcentaje mayoritario de conciudadanos.
Estos datos dramáticos obligan a implementar programas de desarrollo económico que incluyan y potencien las posibilidades de la economía popular, de manera que se pueda garantizar su articulación a la cadena de valor del sistema productivo regional, nacional e internacional, para lo cual se precisan alianzas efectivas entre la gran industria y las expresiones económicas no consolidadas, capacitación y acompañamiento a los emprendimientos, plataformas y equipamientos logísticos promovidos y financiados por el Estado (como será el caso del Nuevo Mercado de Santa Rita), apoyo financiero y una buena dosis de imaginación y solidaridad.
El Plan de Desarrollo 2013-2015, que deberá ser debatido en el Concejo Distrital por estos días, prevé en el eje de desarrollo económico la política pública de constitución del Sistema de Seguridad y Abastecimiento Alimentario Regional que incluye el traslado del Mercado de Bazurto, con lo cual el énfasis del programa no se centra sólo en el ordenamiento urbanístico, que es importante, sino en la consideración socioeconómica de los problemas que ha representado el mercado actual.
danilocontreras9@hotmail.com
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