Columna


La memoria de Gustavo Tatis

“Seguramente Gustavo no contó todos los secretos de Gabo, pero los que relata en esta obra son necesarios para entender el talento y la memoria de ambos escritores del Caribe”.

JAVIER RAMOS ZAMBRANO

28 de abril de 2019 12:04 AM

Gustavo Tatis Guerra es de esos periodistas que aún llegan solamente con un lapicero y su libreta de apuntes a entrevistar a alguien. No es de esos que dependen de un celular o una grabadora para hacer una gran crónica. Apunta lo necesario y observa cada detalle: el ceño fruncido, el diente que falta, los segundos que demora el entrevistado para tomarse el café; escucha el momento exacto en que el corazón se agita, hasta sabe qué lágrima se negó a salir tras una voz lastimera.

A Gustavo se le puede olvidar que tiene una reunión todos los lunes en la mañana en el periódico, o pasársele la hora de tomarse una pastilla. A veces desaparece: hace un par de días un amigo me escribió que lo llamaba insistentemente a su celular para preguntarle por su nuevo libro, pero no lo encontraba. Le respondí jocosamente que de pronto estaba en Macondo.

Lo que nunca olvida Tatis es transcribir cada detalle observado. No olvida, sobre todo, ponerles magia a las letras.

Una noche, antes de irse a su casa, me saludó emocionado: “Me acaban de llamar de España, creo que van a publicar mi libro”, dijo. “Pero no se lo cuentes a nadie, solo espero que se haga realidad”, advirtió.

La gran realidad ahora es que el libro en España “voló”. Es decir, fue tanto su éxito que están pensando imprimir la segunda edición. Se llama “La flor amarilla del prestidigitador”. Allí Gustavo Tatis narra, con delicadeza literaria, cada detalle de sus encuentros e investigaciones relacionados con la vida de Gabriel García Márquez. Es sorprendente, por ejemplo, la manera en que recuerda el par de visitas que le hizo a Gabito, quien le pidió que no lo grabara ni que anotara nada, que hablaran como amigos.

Seguramente Gustavo no contó todos los secretos de García Márquez, se guardaría algunos, pero los que describe en esta obra son necesarios para entender el gran talento y la envidiable memoria de ambos escritores del Caribe.

Cómo fue el encuentro de Gabo con Fidel Castro en Cartagena, cómo Mercedes Barcha fue fundamental para que “Cien años de soledad” iluminara el mundo, por qué el tenis se metió en el corazón de un García Márquez deportista, cómo se esforzó el nacido en Aracataca para buscar la paz del país, la relación de cada miembro de su familia y sus amigos como protagonistas en cada novela, hasta intentar conocer por qué Vargas Llosa le dio un puñetazo en el ojo... se puede saber en esa cosecha de letras infinitas que Tatis organizó en su memoria de 33 años de reportería.

Gustavo Tatis sabe que en España los periódicos más importantes están hablando de él y de su obra, y que en una semana tendrá un lugar importante en la “Feria internacional del libro de Bogotá”. “La publicación de ‘La flor amarilla del prestigiditador’ es lo mejor que me ha pasado, pero sé que debo tener los pies sobre la tierra”, me dice un viernes, antes de ir a cubrir con su lapicero y libreta, otro evento cultural en Cartagena.

Periodista. Magíster en Comunicación. Twitter: @javieramoz

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