Columna


Lo que es con los negros es conmigo

ALCIDES ARRIETA MEZA

09 de junio de 2020 12:00 AM

Lo que es con los negros es conmigo, también es contigo hermano afro y con todo aquel, que en su interior tenga condiciones humanísticas, cualquiera sea la etnia a la que pertenezca porque la vida de todos importa por igual, porque toda forma de discriminación es ofensa a la dignidad humana, por tanto, los racismos estructurales, encontrarán y seguirán encontrando rechazo universal.

El crimen policial de nuestro hermano, George Floyd, el arresto del periodista afro Omar Jimenez de CNN el 7 de Junio de 2020, sin explicación alguna, no son exclusivos de los Estados Unidos, en Colombia son parte del paisaje, por ello esos hechos no son nada accidentales, son apenas la punta del iceberg de conductas sistémicas que tienen un origen histórico y una presencia actual que afectan la vida de las comunidades afrodescendientes.

Para entender el fenómeno, es necesario recurrir a la filosofía de la historia, “ciencia del pasado y así “comprender racionalmente la trayectoria de las sociedades humanas” que nos indican que el racismo estructural, la discriminación étnica, tienen un pasado que explica el presente, el resultado de la esclavización europea, práctica impune de los más grandes genocidios de la población africana, destruyendo su economía, su cultura, sus conocimientos, costumbres y espiritualidad.

La objetividad histórica es verificable, la invasión española, la provocación de la diáspora, criminal dispersión trasatlántica, encabezada por los portugueses, representó desde el siglo XV la vigencia tormentosa del régimen de la esclavitud en las Américas y en América latina para las familias africanas con sus efectos hasta nuestros días. Cartagena principal puerto de la muerte. He allí el inicio de una tragedia que tiene varios siglos de relativa vigencia.

La abolición “formal “ de la esclavitud en Colombia fue en 1851, esta transformó algunas cosas empero la colonización continúo, la esclavización en sus formas modernas persiste, pese a haber transcurrido 169 años de su eliminación legal porque las trabas para el desarrollo integral de las comunidades negras e indígenas, son evidentes.

El racismo estructural, es comprobable, cuantitativa y cualitativamente, es decir perceptible, medible en sus múltiples interacciones, no obstante que intentan desconocerlo, al punto que el DANE casi nos borra, aplicó la muerte presunta a la comunidad negra, al señalar que solo somos el 10 o el 15 por ciento de la población.

El mundo reconoció nuestros derechos, las sociedades se ha levantado contra el racismo, tratados internacionales lo resaltan, las cortes nacionales e internacionales lo aplican. Buena noticia, la descolonización está en curso, la Afroreparación es una alternativa, del cual debemos apropiarnos porque somos una mayoría, con fuerza epistemológica, capacidad de lucha, capaz de reconstruir nuestras identidades y restablecer nuestros derechos.

Estas barreras han comenzado a ser derrumbadas y pueden ser extinguidas si tejemos criterios éticos de unidad afrocentristas, para recobrar todo lo que nos quitaron violentamente. George Floyd, “ nos invita a quitarnos la rodilla de nuestros cuellos.” Reverendo Al Sharpton. La lid por la libertad continúa.

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