Columna


Cuando lo urgente se descuida

EDUARDO DURÁN GÓMEZ

25 de julio de 2021 12:00 AM

En estos momentos de visible apremio económico que vive el país como consecuencia de la pandemia, se viene pensando en recurrir a recursos extremos como un mayor endeudamiento, una emisión de billetes, un recorte al plan de inversiones, y desde luego también la consabida reforma tributaria; y no se ha pensado en echarle un vistazo al tema de las regalías, donde se acumula una cifra de $24 billones, sin ejecutar, por la ineficiencia de las regiones para identificar obras y para estructurar los correspondientes proyectos de inversión.

Nadie puede entender que el ciudadano del común esté hambriento, sediento y sin empleo, mientras la plata está acumulada en los bolsillos del Banco de la República, esperando que las regiones presenten unos proyectos, para los cuales no están en condiciones de elaborar, porque no tienen capacidad técnica, por la pereza para estructurarlos, o simplemente porque la politiquería los distrae tanto, que se les olvida hasta tener qué invertir.

Creo que la reciente ley de regalías ha debido tener un artículo muy claro que permitiera el castigo para todas aquellas regiones, representadas en departamentos y municipios, que no hagan la tarea a tiempo, para que pierdan la oportunidad de inversión y más bien esos dineros se empleen en tantas urgencias como las que estamos viviendo ahora.

¿Para qué mas recursos, si no se está en capacidad de invertir los que se tienen ya recaudados? Bastante presión social ha habido en las calles, como para no pensar en una emergencia que permita reutilizar recursos disponibles, ahí durmiendo en las frías bóvedas del banco Central.

Aquí es cuando se debe poner a prueba no solo la imaginación del gobierno, sino la de los parlamentarios, para sacar de la manga la fórmula que permita avanzar en medio del desastre. Ahí están los casi cuatro millones de desempleados esperando, y ese 40% de la población que se encuentra en angustiosas condiciones de pobreza.

Desde luego las regiones irán a protestar, pero deben en estos momentos recibir una lección y entender además que, si no tienen en qué invertir, existen otros frentes que sí demandan cuantiosos recursos, al menos para poder hacer soportable la vida de millones de ciudadanos.

Situaciones como esta, son las que reflejan los escenarios de inequidad y de lo absurdo, que ni el Gobierno, ni el Congreso, pueden permitir, pues ahí es donde nace la injusticia social.

Sería bueno también que se revelara la lista de todos los departamentos y municipios, que han sido perezosos y negligentes en la inversión de los dineros disponibles en materia de regalías, para que los ciudadanos se den cuenta de la torpeza con que se les gobierna en las regiones.

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