La juventud, divino tesoro… –como lo señalara en su pieza literaria el poeta Rubén Darío, Canción de Otoño en Primavera-, debemos valorarla y entenderla, en nuestro contexto inmediato, para cimentar las bases de los liderazgos del mañana.
Son los jóvenes tomándose el presente y proyectando el futuro, los que tendrán el poder de transformar con sus ideas frescas e innovadoras nuestros viejos esquemas sociales, que son barrera para el progreso y bienestar de la humanidad.
En Colombia, el papel de la juventud ante la coyuntura política, puede ser de gran preponderancia ya que son más de 12 millones los jóvenes habilitados para votar- según un estudio del Viceministerio del Interior- en las próximas elecciones presidenciales. De igual forma, en el caso de las elecciones a la Alcaldía en Cartagena, los jóvenes podrán marcar la diferencia, si son conscientes que pueden ejercer el liderazgo.
En algunos escenarios se dice que esta población suele ser apática e indiferente en las jornadas electorales, posiblemente, por la desconfianza que, quizás, les genera el panorama político. Es ahí donde radica la importancia del empoderamiento que se debe generar para romper el paradigma afincado en sus imaginarios.
Vincularse al proceso democrático es el primero de los pasos para la transformación social y cultural frente a la dinámica de la política y sus actores. Son ellos, los jóvenes, quienes tendrán las banderas del territorio en unos cuantos años y preocupa que sean pocos los que cultiven el sentido de pertenencia y las cualidades de los buenos líderes. Allí está uno de los grandes retos de nosotros, los mayores.
Las razones para despertar a las nuevas generaciones de ese letargo son innumerables. Los jóvenes deben ser los protagonistas del cambio. No en vano, en el Foro de Jóvenes, siempre nos han demostrado inmenso interés en participar y en querer ser líderes para construir ciudad y país.
Es el momento para las transformaciones de fondo. No hay otro. Razón tenía la joven Dianna Yu, gerente de productos de Facebook, quien nos acompañó hace pocos días, al decirnos que es “la juventud, a través del conocimiento, la innovación y la tecnología, la encargada de liderar la transformación social del mundo”.
“Juventud, divino tesoro/ ¡ya te vas para no volver!/ Cuando quiero llorar, no lloro/ y a veces lloro sin querer…”
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