Columna


Los médicos del 81

DARÍO MORÓN DÍAZ

08 de julio de 2017 12:00 AM

En el Paraninfo de la Universidad de Cartagena, el 1 de julio, la generación de médicos egresados de la Facultad de Medicina en 1981, conmemoraron los 36 años de haber recibido el diploma que los acreditó como médicos cirujanos.

Fue un acto académico presidido por las directivas de la universidad y revestido de la solemnidad propia de la alma mater y con el concurso de la médica Lucy Pérez. Los estudiantes que egresaron en 1981 procedían no solo de Cartagena y Bolívar, también del Atlántico, Córdoba, Magdalena, César, Sucre, y de otros lugares del país. Hoy muchos fungen como especialistas en distintas ramas de la medicina y ejercen su profesión incluso en los Estados Unidos, Centro y Suramérica.

Un número importante de esos profesionales se han dedicado a la docencia en la propia Escuela de Medicina y estamos seguros de que lo hacen con la honestidad del profesor que comunica lo que sabe sin egoísmos.

Al iniciarse los actos académicos la decana de la Facultad de Medicina leyó el Juramento Hipocrático y los médicos reafirmaron con un sonoro ‘sí’ esos postulados. También recibieron una mención especial de la universidad en conmemoración a la fecha. Así mismo las directivas entregaron diplomas a algunos profesores de la época presentes en el magno acto.

Aquí debo reconocer que los médicos que asistieron al Paraninfo en el momento que recibí el diploma, de pie, me brindaron   una cerrada ovación. Fue un episodio que jamás olvidaré.

Después de terminada la ceremonia en el paraninfo, descendimos a la biblioteca y en los pasillos algunos se me acercaban y me recordaron deleitosas anécdotas de mi estilo para comunicarles en los seminarios las minucias de la medicina, que a ellos impactaron, durante mi ejercicio como docente; anécdotas que obviamente había olvidado.

Evidentemente ese encuentro fue un grato evento para la memoria entre unos estudiantes que aprendían y un profesor que orientaba.

No debo caer en la falsa premisa de que ese grupo está constituido solo por ángeles, es sabido que en toda regla hay excepciones. En las profesiones existen las ovejas negras que se apartan de la ética y violentan el código de la profesión. Por fortuna son muy pocos los casos. Lo importante es que la mayoría de esa generación ha guardado con estricta disciplina su fidelidad al Código Ético de la profesión de Hipócrates.

Notícula. Obituario. El 6 de julio se cumplió el tercer aniversario del fallecimiento del doctor Héctor Hernández Ayazo, inolvidable amigo. Paz en su tumba.

*Exdirector de El Universal. Académico de Medicina e Historia.

dmorond@gmail.com

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