Columna


Lotófagos en Macondo

EDUARDO GARCÍA MARTÍNEZ

11 de julio de 2020 12:00 AM

En el siglo VIII antes de Cristo, Homero escribió La Odisea, épico poema de 24 cantos que narra la historia de Ulises después de la guerra de Troya que duró diez años. Castigado por los dioses del Olimpo, Odiseo enfrenta mil padecimientos antes de regresar a Ítaca donde lo espera su bella esposa Penélope, asediada por pretendientes que despilfarran las riquezas del rey ausente.

En el canto IX Homero da voz al héroe jónico para que cuente sus penalidades ante Álcinoo, rey de los feacios, donde ha sido llevado por la diosa Atenea. Ulises dice que antes de dejar ciego al monstruoso cíclope Polifemo, hijo de Poseidón, llega donde los lotófagos que se nutren solo de flores de loto. Tras mandar a fieles hombres y un heraldo a indagar sobre aquellos seres extraños, el gran guerrero advierte que han comido esas flores y están cayendo en las trampas que conducen de manera irremediable a la peste del olvido.

La misma peste narrada en Cien años de soledad por Gabriel García Márquez y sufrida por los habitantes de Macondo después de padecer la epidemia del insomnio, males traídos por la niña India Rebeca a casa de la familia Buendía. ¿Bebió Gabo de aquella lejana referencia homérica? Es posible. Aunque Homero es breve en la descripción del episodio de los lotófagos y en cambio nuestro laureado escritor muestra especial ingenio al relatar lo que pasa en la aldea cuando ataca el insomnio y después el olvido como pestes arrastradas por la indiecita desde el desierto guajiro. Gabo toca otra epidemia en El amor en los tiempos del cólera, ambientada en una ciudad imaginaria que sin duda es Cartagena, azotada por el Cólera Morbus a mediados del siglo XIX.

Con la pandemia del coronavirus volvieron a leerse libros que narran catástrofes sanitarias históricas: El Decamerón, de Giovanni Bocaccio, que transcurre en tiempos de la peste negra que asoló a Europa en el siglo XIV y muestra a jóvenes italianos florentinos que huyen del mal y van al campo a hablar de amor, erotismo, lujuria. La Peste, de Albert Camus, muestra cómo una ciudad va siendo carcomida por la epidemia al tiempo que la solidaridad se desarrolla en ella como valor humano para enfrentarla. En su Ensayo sobre la ceguera el Nobel portugués José Saramago aborda el individualismo moderno como plaga que no deja ver la nefasta podredumbre que encierra.

En el confinamiento por COVID-19 la lectura es dulce bálsamo. Personalmente he preferido la poesía y la escritura de textos que podrían convertirse en posibilidades literarias.

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