Columna


Mandrake para Cartagena

JOSÉ WILLIAM PORRAS

15 de marzo de 2018 12:00 AM

Quién no sabe o ha oído del famoso mago Mandrake, creado por Lee Falk y Phil Davis en 1934, quien luchaba contra el crimen y la corrupción, siempre a favor de la sociedad a la que se sentía obligado a proteger al tener poderes especiales.

Pues bien, en Cartagena estamos necesitando urgentemente un Mandrake, con poderes especiales que resuelva sus problemas acumulados por décadas por falta de un alcalde que se sienta comprometido con su pueblo, que la quiera y proteja de los males actuales y de los que se avecinan en corto plazo si no se toman las medidas correctivas y preventivas a tiempo.

Por un lado vemos como la administración pública se volvió el fortín de los corruptos que hacen de ella un ponqué, repartiéndose el presupuesto de inversión mediante contratos amañados, que los hacen a su medida exacta, habilidad que cualquier sastre desearía tener cuando hace un traje a sus clientes; y por otro lado, el cambio climático destruye nuestro patrimonio histórico y de la humanidad (si no lo perdemos antes con construcciones autorizadas por el mismo Distrito y que violan las normas visuales), hacen que realmente hagamos un “pare” y pensemos seriamente a quién vamos a elegir en las próximas elecciones, si queremos rescatar la ciudad del fondo del abismo.

Deberá ser un Mandrake, que no se deje comprar y tenga la voluntad y deseo de servirle a la sociedad, con una hoja de vida que lo califique como tal, que conozca la ciudad y su problemática, que podamos confiar en él y que le brindemos todo nuestro apoyo y respaldo al buscar las soluciones que se requieren.

No podemos simplemente quejarnos de todos los males, porque en la escogencia de este Mandrake, nosotros tenemos una gran responsabilidad mediante el voto. Un voto que no se deje comprar o llevar por espejismos o promesas que nunca son cumplidas y que solo buscan ganar un voto, pero sin la más mínima intención de cumplir lo prometido. Ahí está la varita mágica que le entregaríamos al alcalde el día de su posición para que se apoye en ella y se sienta realmente comprometido con la ciudad. Qué bueno sería recordar a este alcalde en el futuro, como se recuerda a Mandrake cuando decimos “no lo hace ni Mandrake”, pero sí lo hizo nuestro alcalde elegido.

El poder del voto es muy grande si lo empleamos bien, la salvación de Cartagena y la misma Colombia está en él, si sabemos elegir a nuestros dirigentes políticos incluidos gobernadores, senadores, representantes, concejales y presidente. Este año no solo es crucial para Cartagena, sino para toda Colombia, hay mucho en juego en las próximas elecciones, desde el país que queremos fortalecido en una democracia y el futuro de nuestra bella ciudad; o en un socialismo como en Venezuela, que ha destruido toda su economía.

*Rotaremos este espacio para mayor variedad de opiniones.

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