Promediaba 1975 cuando, en el Salón “Clímaco Silva” del recién inaugurado Hospital Universitario de Cartagena, heredero del legendario Hospital Santa Clara, reanudaron las célebres y temidas “Conferencias Clínico Patológicas” (CPC), donde, a la usanza del Circo Romano , saltaban al ruedo los más prestigiosos gladiadores de la ciencia médica.
En ese entonces mis colegas, José María Caraballo, residente de Patología, Eusebio Vargas y Antonio Martínez, residentes de Cirugía, fueron testigos excepcionales de esta insólita historia.
Olegario Barboza, jefe del Departamento de Patología, convocó al Consejo Normativo para analizar el complejo y exótico caso de un paciente, a cargo del Departamento quirúrgico, fallecido sin diagnóstico. Fiel a la tradición centenaria, preservada hasta nuestros días en la Facultad de Medicina de la Universidad de Cartagena, Barboza Avendaño, cual magistrado de las Altas Cortes, hizo llegar a los jefes de Departamentos, síntesis de la historia clínica, documento riguroso, indispensable para someter a escrutinio aquel extraño caso por cuenta de las mentes preclaras y briosas de nuestros Maestros, pero reservándose el inapelable dictamen de patología.
En aquellos eventos académicos, apetecidos por los discípulos de Esculapio y Galeno, sometían a prueba de fuego el olfato diagnóstico, la terapéutica y el desenlace fatal del paciente aun cuando, al final de la contienda, todos o casi todos, se estrechaban la mano.
Aquella mañana el ambiente estaba para alquilar balcones. Al respetadísimo staff de Cirugía lo sentarían en banquillo de los acusados, presagiándose una batalla campal. Sentados en primera fila los docentes aguardaban su turno mientras el Dr. Carlos Barrios Angulo, jefe supremo del Departamento Quirúrgico, se robaba las miradas esperando que, de un momento a otro, sacara a relucir sus impredecibles “latigazos verbales.”
Nació el 22 de enero de 1925 en Calamar, Bolívar, y falleció a los 79 años, en junio 13 de 2004. Es considerado uno de los personajes más influyentes en Cartagena y la región Caribe, en la práctica y enseñanza de la Cirugía con acento anglosajón. Alcalde de Cartagena, rector de la Universidad de Cartagena, brillante y agudo columnista de El Universal, se acostumbró a decir lo que pensaba, sin pelos en la lengua.
Frente al micrófono leyó los aportes de sus colegas y residentes. Hizo una larga pausa, desojándose de los espejuelos y, mirando pendularmente a la concurrencia, dio su veredicto: -Antes de llegar a este recinto sagrado me pregunté: “Carlos Barrios Angulo, honestamente, ¿tú qué sabes de este caso tan complejo?”, y me respondí: “¡Ni mierda!”.
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