Las políticas sociales y los grandes proyectos de infraestructura que buscan transformar a Cartagena no serán posibles ni sostenibles si antes no se acomete la iniciativa más básica de todas: ordenar la casa.
La crisis política de los años recientes da cuenta de la fragilidad de la Alcaldía. Los constantes cambios de alcalde y de gabinete interrumpen procesos, y propician el rompimiento de consensos y la demora en la ejecución de los proyectos.
Modernizar la Alcaldía es un modo de mitigar los perjuicios que resultan de la inestabilidad y el deterioro de la administración pública, aparte de ofrecer a un futuro alcalde la posibilidad de concentrar su atención en asuntos fundamentales, en lugar de saturarlo con la atención de problemas superficiales que surgen del día a día en buena parte porque se carece de los elementos estructurales para un gobierno efectivo.
Esto implica repensar el diseño y el funcionamiento del gobierno local. Hay entidades con pocos funcionarios de planta donde a menudo los procesos misionales son encargados a personas por órdenes de prestación de servicios, algunas con 10 o más años bajo tal modalidad de vinculación.
Además, la estructura actual de la administración no responde a los desafíos ambientales, ni a las dinámicas poblacionales, y mucho menos a la actividad económica de la ciudad.
Ordenar la casa también involucra sanear las finanzas públicas, aumentar el recaudo, establecer esquemas de contratación eficientes y de control urbano eficaces, actualizar los procesos de control interno y de gestión documental, mejorar los trámites y el servicio al ciudadano, fortalecer y valorar a los servidores, incorporar nuevos perfiles en el nivel profesional (algunos con fortalezas en métodos de investigación), modernizar los sistemas de información para tomar decisiones, relocalizar las oficinas para acercar geográficamente a las dependencias y ahorrar gastos, y, lo más significativo para la gobernanza de la ciudad, funcionar de manera transparente y animar la participación ciudadana.
El alcalde Pereira ha dado un paso en el camino propuesto: su administración lidera un proceso que, con el acompañamiento del Departamento Administrativo de la Función Pública, pretende cimentar en 2019 las bases para modernizar la Alcaldía.
Continuar el proceso será tarea del próximo alcalde. Así como exigimos la realización de proyectos de infraestructura o la implementación de políticas sociales, extiendo la invitación para incorporar en la agenda de prioridades la modernización y el rediseño de la Alcaldía de Cartagena.
**Las opiniones aquí expresadas no comprometen a la UTB ni a sus directivos.
*Decano de la Facultad de Ciencias Sociales y Humanidades, UTB
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