Columna


Murió y resucitó por amor

JUDITH ARAÚJO DE PANIZA

05 de abril de 2020 12:31 AM

Oración a Nuestro Señor Jesucristo: Quiero pedirte Señor que sepamos vivir una Semana Santa en tu presencia; que meditemos sobre el gran amor que nos mostraste, haciéndote hombre, viviendo entre nosotros, indicándonos el camino, curando a los enfermos, multiplicando los panes, resucitando a los muertos, aconsejando a los pecadores, haciéndote luz, pan, vida, para iluminar nuestro camino, alimentándonos física, emocional y espiritualmente y entregándote por amor en la cruz para hacernos partícipes de tu vida divina y de tu resurrección.

Señor en esta pandemia te he sentido cercano, te veo en los médicos y las enfermeras que atienden con diligencia a los enfermos; en las manos generosas y solidarias que trabajan apoyando causas nobles, ayudando a los necesitados; en los gobernantes cuando defienden la importancia de la vida; en las familias que atienden las medidas para evitar el contagio propio y de los demás. Te veo en los sacerdotes y el santo Padre quienes a través de medios virtuales han podido traernos tu bendición a nuestros hogares.

Gracias Señor por el gran regalo de tu bendición Urbi et Orbi impartida por el papa Francisco, nos sentimos acompañados, perdonados y bendecidos por Ti y cobijados por tu Santísima Madre. Nos hiciste vivir la paradoja de una plaza de San Pedro vacía y llena de fieles a la vez, el mundo entero arrodillado frente a ti. Espero que nuestro arrepentimiento haya sido de corazón para que se hayan lavado realmente nuestras heridas.

Te pido por los enfermos y por los fallecidos, ellos nos hacen tomar conciencia de nuestra fragilidad y que la vida solo tiene sentido, si, lo que hayamos vivido, nos lleva hacia a Ti.

Señor, ayúdanos a reinventarnos, a resucitar contigo, a vivir la eternidad desde la vida presente. Perdona nuestras ofensas y libéranos de las esclavitudes que nos alejan de ti. Que sepamos apartarnos de toda ocasión de pecado. Que aprendamos a vivir el amor a Ti, al prójimo y a nosotros mismos; que hagamos los esfuerzos posibles como sociedad para sanar y superar las injusticias.

Señor, gracias por tu infinito amor, te pedimos por el fin de esta pandemia cuando sea tu voluntad. Sabemos que todas las dificultades si son vividas en tu presencia, abrazando la cruz, son fuentes de bendición y de resurrección.

Regálanos sabiduría para derivar muchos aprendizajes que nos acerquen a ti, para que seamos mejores personas y trabajemos nuestros hábitos, nuestro carácter, nuestras relaciones con los demás, renovando el mundo por tu gracia operando en nosotros, reparando nuestros corazones, mentes, acciones, haciéndonos dignos hijos tuyos al servicio de los demás. ¡Gracias Señor por una bendecida Semana Santa!

*Economista, orientadora familiar y coach personal y empresarial.

Comentarios ()

 
  NOTICIAS RECOMENDADAS