Durante las próximas semanas se definirá el futuro político de la ciudad y de Colombia, la recta final de las campañas políticas para la alcaldía de Cartagena y para la Presidencia de la República apunta a la polarización y a un fuerte debate en temas ideológicos, económicos, de gobernabilidad y sobre todo de enfoque de pensamiento, donde cada uno de los aspirantes tiene los argumentos necesarios para justificar su candidatura y ojalá sea el pueblo el que decida a quien va a elegir de manera libre y sin compromisos.
Para los que trabajamos en el área de la salud y específicamente en la prestación de servicios, las inquietudes sobre el futuro de nuestro sector son enormes y tienen que ver con lo local y lo nacional. En lo local hay mucho por hacer y las propuestas de los candidatos a la alcaldía deberían enfocarse en algunos temas de vital importancia para la ciudad.
El primero tiene que ver con la garantía de aseguramiento y cobertura de servicios, este tema no es nuevo y pareciera que día a día empeora. A los servicios de urgencias de los hospitales y clínicas siguen llegando pacientes sin afiliación, muchos de ellos hacen parte del éxodo de personas que han migrado desde Venezuela a Colombia. La atención de estos pacientes está garantizada, pero preocupa que existan los recursos suficientes para financiar estos servicios y que en una situación hipotética la falta de los mismos afecte la atención de la población local.
El segundo punto tiene que ver con un tema de imagen de ciudad que se relaciona también con la salud pública. Para nadie es un secreto que desde hace algunos años Cartagena ha sido el epicentro de múltiples escándalos asociados a la explotación sexual en contexto de viajes o turismo, abuso sexual y maltrato infantil, estas tres situaciones inevitablemente relacionadas, deben estar incluidas dentro de los programas de gobierno de los aspirantes a dirigir el corralito de piedra, de quienes esperamos una política de prevención fuerte y contundente unida a una serie de planes de choque altamente efectivos, para obtener un control definitivo de este mal que afecta a muchos niños, niñas y adolescentes cartageneros.
El tercer punto tiene que ver con la necesidad de articular los servicios de salud de acuerdo al nivel de complejidad de los pacientes. Muchos hospitales y clínicas de Cartagena han colapsado con pacientes que pudieran ser atendidos en el primer nivel de atención en salud o a través de campañas de promoción y prevención. Desafortunadamente la red de atención primaria del distrito de Cartagena requiere articularse de manera mas efectiva con los niveles más altos de complejidad, buscando optimizar recursos y tener una oferta que pueda satisfacer la demanda de servicios.
El último punto y no por ello menos importante, tiene que ver con el control que desde los entes estatales se les debe llevar a los aseguradores (EPS). Para nadie es un secreto que el sistema de salud en el país está en crisis y que el flujo de recursos es limitado. Sin embargo, también es cierto que hay modelos de empresas locales que se destacan por su eficiencia operacional y que hoy en día son catalogadas dentro de las mejores del país. Los resultados de estas empresas demuestran que si es posible tener una adecuada gestión desde el aseguramiento y que muchos de los problemas presupuestales de algunas EPS son manejables y solucionables. El rol que deben tener entonces los organismos de control debe ser el de garantizar el adecuado flujo de recursos hacia los prestadores y evitar los inconvenientes que se puedan generar por la falta de pagos.
Estos cuatro temas resumen mucha de la problemática que en este momento vive el sector salud y deberían ser considerados dentro de los programas de gobierno de los candidatos a la alcaldía, los cartageneros necesitamos de su compromiso para sacar adelante a nuestra ciudad, recuerden que en sus manos está la oportunidad histórica de cambiar nuestro rumbo.
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