En Cartagena existen muchas expectativas, esperamos cuatro años de gestión pública efectiva, sin embargo, posiblemente olvidamos que eso solo es posible cuando existe una adecuada gestión civil, por tanto, no será suficiente atender problemas de infraestructura, será necesario invertir en la gente para construir ciudadanía.
En diciembre, época de regalos, el grupo Multidisciplinario El Buen Ciudadano de la Universidad de Cartagena, nos invita a regalarnos un auto en Navidad, pero no de último modelo, sino un ejercicio muy personal de autoevaluación para evaluar el 2019. Los resultados entregados a nosotros mismos deberán incluir: no delegar responsabilidades, no buscar culpables, listar acciones de mejora y acta de compromiso. El impacto representará mucha prosperidad, mostrando ascenso y descenso. Más calidad de vida, logros, satisfacciones, respeto, salud, felicidad, acciones positivas, optimismo, besos, abrazos. Mejor relación intrafamiliar, con compañeros de estudio o trabajo, con vecinos, rendimiento académico o laboral, rendimiento económico, planeación del tiempo.
Menos sanciones, demandas, censuras, multas, egoísmo, castigos, reproches, crítica destructiva, violencia, agresividad, suicidios, bullying, gastos inútiles, angustias, depresiones, tristeza.
Sugerimos como método de evaluación, un sistema de preguntas sobre lo que hicimos o no, durante 2019. ¿Cuántas veces me reí y ridiculicé a mi compañero? ¿Cuántas veces reclamé equidad del gobierno, pero practiqué la inequidad con mis hijos? ¿Cuántas veces por no planear mi tiempo llegué tarde a mi cita? ¿Cuántos besos me perdí de dar? ¿Cuántas veces hice gastos inútiles? ¿Cuántas veces no valoré el trabajo y el hacer de mi compañero? ¿Cuántas veces pude pagar a tiempo lo que debía, pero no lo hice? ¿Cuántas veces he pensado que el corrupto es el otro? ¿Cuántas tareas dejé de hacer? ¿Cuánta basura arrojé a los jardines? ¿Cuántos abrazos dejé de dar? ¿Cuántas veces busqué un culpable para evadir mi responsabilidad? ¿Cuántas veces desperdicié mi tiempo pensando en lo que debía hacer el otro sin pensar en lo que debía hacer yo? ¿Cuántas veces exigí el respeto que no fui capaz de dar? ¿Cuántas veces me alegré con la tristeza del otro? ¿Cuántas veces ignoré a mi compañero? ¿Cuánta agua desperdicié? ¿Cuántas veces censuré la falta de justicia de los jueces, pero fui muy injusto con mis padres y hermanos? ¿Cuántas veces fui incapaz de felicitar al otro por su trabajo? ¿Cuánta energía desperdicié? ¿Cuántas veces critiqué al otro sin darme cuenta que yo hacía lo mismo? ¿Cuántas veces exigí lo que soy incapaz de dar? ¿Cuántas veces censuré la falta de justicia en el país, pero fui muy injusto con mis compañeros de trabajo? ¿Cuántas veces me entristecí por la alegría del otro?
Y como el futuro no es lo que va a suceder, sino lo que nosotros haremos que suceda, cada uno de nosotros es responsable de actuar y participar para construir una mejor sociedad, un mejor futuro, una mejor ciudad.
*Profesor Universidad de Cartagena.
Comentarios ()