Columna


Notas breves

DARÍO MORÓN DÍAZ

11 de julio de 2020 12:00 AM

La UCI del Hospital Universitario. En el decenio de los 70 se inauguró el nuevo Hospital Universitario. Me designaron jefe de la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI), debido a mi experiencia en ese tipo de UCI en el Instituto de Cardiología de México. La unidad estaba dotada, pero carecía de un marcapaso externo; que yo conocía. Pero no llegó a la Unidad; lo solicite, esa decisión me ocasionó conflictos en esa época, con un burócrata de oficio.

La facultad de Medicina se había trasladado al Hospital San Pablo. Fatalmente en esa época, una mañana un distinguido ginecólogo, encargado de toda la logística del nuevo hospital sufrió un infarto del corazón y fue hospitalizado en el San Pablo. Lo examiné y comprobé que había desarrollado un bloqueo AV, que redujo su frecuencia cardiaca, lo cual terminaría en un paro cardiaco. Requería de la ayuda de un marcapaso externo; como no lo teníamos el médico falleció.

Más tarde viajé al hospital San Juan de Dios de Bogotá con los médicos Carlos Méndez y Senén Álvarez para que se entrenaran en la UCI del San Juan de Dios. Guillermo Ferguson era decano, un brillante médico, que nos brindó sus buenos oficios para ese intercambio científico. En el Universitario teníamos enfermeras todas bien preparadas, recuerdo a Natalia que estuvo en la Clínica Shaio. Con Jorge Reynolds logré cambiar una máquina de museo, llegada de Inglaterra, por un marcapaso externo. Con ese marcapaso comencé a instalar marcapasos definitivos por primera vez en Cartagena. Recuerdo a mi paciente el profesor Francisco Obregón Jaraba y a una señora de más de 80 años que en EE. UU. no quisieron ponerle el marcapaso. Yo se lo implanté aquí en la UCI del Universitario. Recuerdo perfectamente a otros pacientes de todas las condiciones socioeconómicas. No los menciono para no herir susceptibilidades. Para la época un marcapaso costaba unos ochenta mil pesos, eso era mucho dinero. No recibía ningún pago por ese procedimiento y estar en un Hospital Universitario. Esa garantía se perdió cuando se implantó la Ley 100 de 1993 y el Universitario pasó a ser una Empresa sujeta al mercado, con EPS IPS etcétera. La misma situación que ha hecho crisis en el curso de esta pandemia. Manes de la Ley 100. Continuará.

Piratería. Es preciso afirmar que el despojo que ha sufrido Venezuela por parte de Inglaterra de los lingotes de oro y fondos en euros y dólares es un acto descarado de piratería. Hecho que trajo a la memoria al pirata Francis Drake con sus incursiones a Cartagena. La piratería está latente aun en Inglaterra y otras potencias colonialistas que siguen actuando como piratas descarados.

Coletilla. Apreciación también válida para EE. UU., cuando en 1903, Theodore Roosevelt despojó a Colombia del istmo de Panamá, con la complicidad de Marroquín en Bogotá.

*Exdirector de El Universal. Académico de Medicina e Historia.

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