Una generación es un grupo de personas que nace en una misma época y tiene similares características. Los mayores solían decir que su generación, y su tiempo, fueron mejores, y para esto hacían una larga lista de sus cualidades que contrastaban con las descalificaciones con que cuestionaban a sus descendientes. A los sucesores no les quedaba fácil comparar, ni discutir lo que no habían visto ni vivido. Hoy sí es posible por varios factores: la mayor expectativa de vida; la inmediatez de las comunicaciones; la cantidad de registros históricos, visuales y de todo tipo, y la facilidad de acceder a ellos. De esa evaluación los ancestros no salen bien parados.
Cada generación ha dejado una huella, una impronta y ha cambiado, para bien o para mal, el planeta. Sociólogos, filósofos, investigadores y empresas han establecido cinco o siete generaciones: generación Interbellum (1900-1914), Grandiosa (1915-1925), Silenciosa (1926-1945), Baby Boomers (1946-1960), X (1961-1981), Y (1982-2001) y Z (2001 a la fecha). Las tres primeras padecieron las grandes guerras, fueron respetuosas, pero también conformistas. Los Boomers son competitivos, adictos al trabajo y no toleran el ocio. Los X pasaron de un mundo analógico a uno digital, vieron cambiar las tradiciones. Los Y aman la tecnología, son ‘multitareas’ e inestables laboralmente. Para los Z la vida es la red, autodidactas, el éxito y el fracaso dependen del número de ‘likes’ o de seguidores. Como siempre, las generalizaciones no son perfectas y algunos no pueden encasillarse, son mezclas.
Los invito a ver videos de Greta Thumberg, adolescente sueca, solo 16 años, quien el 20 de agosto del 2018 inició el movimiento ‘Viernes por el futuro’. Símbolo de la generación Z, angustiada, pensó que si esperaba que les llegará el momento de liderazgo generacional, no quedaría ni clima ni mundo. Por ello decidió abandonarlo todo, hasta las clases, para marchar y protestar. A pesar de un síndrome de Asperger, que afecta la interacción social, cuenta con millones de seguidores, ya recibió reconocimiento de Amnistía Internacional (AI) y está nominada al Nobel de Paz 2019.
Tiene críticas y exigencias concretas para sus mayores, que la han obligado a dejar de ir a clases y protestar los viernes. En septiembre iniciara una semana de acción con una huelga mundial en defensa del clima.
“Ha llegado el momento de que la población adulta siga su ejemplo”, dijo el secretario de AI. Así, tal parece que, contrario a la opinión de los ancestros, las generaciones venideras son mucho más beligerantes y pretenden tomar su lugar en la historia antes de lo esperado. Greta, frente al Riksdag en Estocolmo: “Soy una niña que dice que otras personas están robando mi futuro”. El optimista aspira al nacimiento de una nueva generación de cartageneros el próximo octubre.
*Profesor Universidad de Cartagena.
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