Columna


Otra tragedia anunciada

IRINA JUNIELES

30 de junio de 2018 12:00 AM

Decenas de niños y niñas del sector Puerto Santander, en Maríalabaja (Bolívar), tienen desde hace varias semanas llagas en su cuerpo y enfermedades estomacales, por esas razones han faltado a la escuela y al jardín infantil. Sobrecoge ver cómo los más pequeños agarran con dificultad el tetero, se rascan con desespero y sufren el dolor de las lesiones en su piel.

La Alcaldía de Maríalabaja, Findeter y el Ministerio de Vivienda, decidieron en 2014 construir el alcantarillado para esta población. En julio de ese mismo año, los habitantes de la zona y las asociaciones de pescadores protestaron alegando la preocupante cercanía entre las lagunas de oxidación y la Ciénaga, el cuerpo de agua con mayor riqueza en la región, de la cual dependen miles de personas. Así mismo, denunciaron problemas en la estructura de la obra, y el impacto negativo que podría tener porque las aguas de la laguna (presumiblemente depuradas) iban al canal grande, importante como vía de comunicación y espacio de recreación para la comunidad.

Dos años después de que entregara las obras el Consorcio encargado de construirlas, las predicciones parecen empezar a cumplirse. La planta de tratamiento que hace el primer filtro al agua servida (antes de pasar a las lagunas) funciona mal y se desborda por las calles y patios de la comunidad, como lo publicó recientemente este medio.

Para contener el problema, al parecer la empresa de alcantarillado ACUMARIA taponó el tubo madre, que no resistió la presión, y causa graves y consecutivas inundaciones de aguas putrefactas. Todo empeoró con el invierno, al punto que las aguas servidas corren con las aguas lluvias, contaminando las fuentes de agua de la población, las calles, las casas y los patios donde juegan los niños y niñas.

Hilda, mamá de una niña y un niño enfermos con los síntomas descritos, presentó una tutela que estudió el Juzgado Primero Promiscuo del Circuito de Turbaco, el cual decidió que la acción es improcedente, y le sugirió a la señora presentar una acción popular, cuyo trámite puede demorar varios años. Además juzgó que no encuentra “mínimamente” una relación entre las enfermedades de sus hijos y el alcantarillado. Confiamos en que el juez de segunda instancia pueda revocar esa decisión.
Cardique, autoridad ambiental, adelanta un proceso sancionatorio al que debe imponerle trámite de urgencia. La zona debería ser declarada en emergencia, y las autoridades municipales acompañarse del Gobierno departamental y del nacional en la solución de fondo, dado el impacto en la vida de cientos de personas.
Una alerta más: en la laguna de oxidación faltan varias de las membranas plásticas que impiden que las aguas servidas se filtren a la tierra. La ciénaga de Maríalabaja está en grave riesgo.

*Investigadora Dejusticia
 

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