Columna


Otra vez, la salud

DARÍO MORÓN DÍAZ

15 de mayo de 2021 12:00 AM

En el Congreso hace curso otra reforma a la Salud, la 010 de 2020; “supuestamente para depurar las EPS”, ¿por qué no lo ha hecho la Superintendencia de Salud que tiene los instrumentos para hacerlo? (*). Es preciso traer a colación que otro Proyecto de Ley 052, de 2005, encaminado a modificar la Ley 100, ese año lo hundieron en el Senado. Frenado por los intereses surgidos a raíz de la implantación de la Ley 100 de 1993, la de la economía de mercado, ajena al compromiso del Estado de proteger la Salud. De contera dio origen a las EPS y ARS que convirtieron a la Salud en un objeto del mercado. En el Senado hubo foros con la Academia Nacional de Medicina, el profesor José Félix Patiño y la Academia de Medicina de Cartagena que señalaron las falencias de dicha ley. Hubo encuestas realizadas por la Asociación Colombiana de Hospitales y Clínicas y por la Defensoría del Pueblo. En ambos estudios se evidencia cuán negativa ha sido la Ley 100 para los pacientes que aumentaron los beneficios para las EPS y ARS. Los índices relativos a la salud colectiva empeoraron, no se entregaron los medicamentos a los usuarios. Las EPS y ARS aprovecharon los dineros aportados por los colombianos. Otra consecuencia es la percepción mercantilista que afectó el ejercicio médico: una expresión científica, que debe solamente generar beneficios al profesional que lo presta y al paciente que lo recibe.

Es menester agregar que se acentuaron los problemas de inequidad dentro del nuevo régimen, al excluirse importantes franjas de ciudadanos pobres por las serias dificultades en su identificación. La deficiente calidad del servicio, la negligencia en atención a los enfermos, la eliminación de la vacunación, cedida a esos intermediarios. Todas deficiencias que estaban destinadas a minimizar el costo por paciente. El panorama expuesto por la Ley 100 con la falsa concepción de la total protección en salud llevó a sobrevalorar a los centros de atención en salud, olvidando la pobreza. Cartagena, una ciudad rodeada de desplazados, que apenas sobreviven, es un clásico ejemplo de la iniquidad derivada de la Ley 100. Como conclusión realmente insólita quedó que a pesar de lo inane del Proyecto 052 no existió la voluntad en el Senado para tramitarlo. La falla fundamental del Proyecto 052 estaba en su origen, tal como ocurrió con la Ley 100, la cual nació del consejo de los tecnócratas neoliberales, sin la debida auscultación del problema y protección social de los colombianos. Nunca ha existido la voluntad política ni la sensibilidad social para cambiar ese estado de cosas. Ahora sucede igual con la falsa reforma la Ley 010 de 2020.

Esquirla: Pan, circo y fútbol

(*) Corcho C: Reforma inconveniente. Vicepresidenta de la Federación Médica Colombiana.

**Exdirector de El Universal. Académico de

Medicina e Historia.

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