Columna


Paisaje cultural cafetero

JAIME BONET

20 de marzo de 2022 12:00 AM

Una experiencia interesante en materia de preservación del acervo cultural de una región es el Paisaje Cultural Cafetero (PCC). Esta iniciativa comenzó a promoverse en 1995, pero fue hasta 2011 cuando fue denominado Patrimonio Mundial de la Unesco. El PCC comprende un territorio compuesto por seis zonas localizadas en 51 municipios de los departamentos de Caldas, Quindío, Risaralda y Valle del Cauca. El PCC tiene un Valor Universal Excepcional (VUE), que incorpora el esfuerzo humano y familiar, la cultura desarrollada en torno al café, el capital social generado por el gremio cafetero y la coexistencia entre tradición y tecnología.

Dentro de los requisitos para estar incluido en la lista de la Unesco está el compromiso de preservación por parte del país y las localidades en donde se ubica el patrimonio en cuestión. En el caso del PCC, se ha definido una zona principal y una de amortiguamiento. Esta última es un espacio de protección de la primera, conformada por veredas colindantes que son de gran importancia para la preservación del VUE.

El área principal del PCC está constituida por 411 veredas en 14 municipios que incluyen las seis zonas más representativas del PCC, ya que concentran los mayores valores de los atributos que lo caracterizan. Esta superficie tiene una extensión de 141.200 hectáreas y una población de 301.822 habitantes. Por otro lado, el área de amortiguamiento está constituida por 447 veredas en 17 municipios, que tienen una extensión de 207.000 hectáreas y 294.062 habitantes.

De acuerdo con lo aprobado por la Unesco, el PCC constituye un ejemplo sobresaliente de adaptación humana a condiciones geográficas difíciles sobre las que se desarrolla una caficultura de ladera y montaña. Se trata de un paisaje en el que se conjugan elementos naturales, económicos y culturales con un alto grado de homogeneidad. El esfuerzo humano, familiar y generacional de los caficultores estableció un modelo excepcional de acción colectiva, que les ha permitido superar circunstancias económicas difíciles y sobrevivir en un paisaje agreste y aislado.

Para la definición del PCC se establecieron 16 atributos que debían cumplir las zonas para ser incluidas. A pesar de que las áreas incluidas no siempre se encuentran contiguas, si cumplen con los requisitos establecidos. De esta forma, tienen un alto grado de homogeneidad en sus atributos, en las relaciones entre sus habitantes y en su herencia cultural.

Uno de los mayores retos que tiene ser declarado patrimonio de la humanidad por la Unesco es la preservación de ese estatus, dado que esta declaración puede servir para atraer turismo masivo a la zona y comprometer la conservación de los elementos culturales y naturales que lo llevaron a ser reconocido. Es claro que los gobiernos locales deben definir las estrategias que permitan mantener el reconocimiento.

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