Columna


Paz integral

PABLO ABITBOL

03 de febrero de 2023 12:00 AM

El Grupo Regional de Memoria Histórica de la UTB ha venido desarrollando desde hace algunos años un proceso de investigación participativa basado, principalmente, en la escucha atenta a las comunidades y organizaciones sociales de los Montes de María. Como resultado, se han producido, en conjunto con estas organizaciones, múltiples estudios, publicaciones e informes aportados al sistema integral de paz.

La memoria y la reflexión colectivas nos dicen que, desde la desmovilización nacional de los paramilitares y la desactivación de las guerrillas que operaban a mediados de los años 2000 en la región, esta mantiene niveles de violencia dentro del promedio nacional. Sin embargo, también presenta indicadores económicos y de bienestar muy bajos y estancados, debido principalmente al enquistamiento de redes clientelistas, extractivas y criminales derivadas de las prácticas y los órdenes sociales que surgieron durante el conflicto armado.

Esta evolución de la violencia política y criminal puede caracterizarse en términos de la interacción de 7 factores: 1) estructuras adaptativas de macrocriminalidad robustas, violentas y altamente especializadas; 2) industrias extractivas, cuya presencia tiende a estar correlacionada con la de grupos armados; 3) familias y clanes que compiten y cooperan para dominar mercados ilegales, esquemas de corrupción y redes clientelistas; 4) captura parcial del Estado por redes clientelistas corruptas que favorecen intereses privados, extractivistas y criminales; 5) liderazgos y organizaciones sociales debilitados y amenazados, así como desesperanza y desconfianza por parte de la ciudadanía, lo cual dificulta una participación informada y el voto independiente; 6) procesos fallidos de reintegración de excombatientes y personal militar; y 7) afectaciones psicosociales, lazos sociales desgarrados, normalización de la violencia, y personas emocional y socialmente vulnerables que pueden caer en espirales trágicas de violencia.

De aquí surgen dos lecciones clave para tener en cuenta en los procesos de paz y sometimiento a la justicia que están en curso.

En primer lugar, que, al menos en algunos de los territorios del país, no enfrentamos una dicotomía simple entre rebeldes o criminales ni, por tanto, entre procesos de paz o de sometimiento. Quizá sea necesario reconocer lo político más allá de lo insurgente.

Segundo, que la desactivación de la violencia organizada debe pensarse, más allá de la desmovilización o el sometimiento de personas, como la transformación profunda de la realidad cotidiana de las comunidades.

Las opiniones aquí expresadas no comprometen a la UTB ni a sus directivos.

*Profesor del Programa de Ciencia Política y RR. II., UTB.

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