Columna


Pensares y acciones añejas

RAFAEL VERGARA NAVARRO

14 de enero de 2017 12:00 AM

El grito desesperado de cientos de despavoridas aves hizo que una vecina de Cielo Mar grabara y diera la alarma de una quema provocada en el manglar. Seguro que alguien que fabrica una “posesión” la pagó. En la rapiña impune sobre la Ciénaga de la Virgen: talan, rellenan y queman la floresta, los nidos y la ley. Increíble que con los avances tecnológicos no se proteja lo que las normas y el POT ordenan proteger. La respuesta del Estado es nula, indiferente o cómplice.

¿Y la Justicia Ambiental señor Fiscal? ¿Y la policía ambiental señor Alcalde? ¿Violentar la naturaleza y cambiar el uso del suelo no es delito? En el Caribe y en Cartagena parece que no.

Un año después del fallo que tumbó la “prescripción” de Olier y ordenó recuperar esa “apropiación” de cuello blanco, parece que no va, no se ejecuta y menos lo harán con la sentencia del Tribunal en el caso del vecino Bohórquez. Comprometido el Distrito, Cardique y la Procuraduría, en ese descomunal relleno, sin licencia, ofrecen materiales de construcción. Drácula vende sangre ahí alcalde. 

Y claro, como no hay sanción, las invasiones muertas de la risa avanzan, se ensanchan y en la margen derecha del anillo vial ofrecen parqueadero y “cosas”. 
Juro que la quema y la duda de que el reto policial se apague con el incendio, se me juntaron con los peces decomisados y dados de baja por eutanasia intelectual peñalosista. También me llegó el olor y el dolor de los cientos de peces muertos en la laguna del Cabrero y no saber la causa. ¿Anoxia por DBO, calentamiento o envenenamiento?

Y si no hay autopsia diremos que es cíclica y ya. Los pescadores dicen que es el tubo que seca y vierte el nivel freático de la obra. EPA por informes recibidos dice que no. Como el abuso hace que el mar se canse de dar, aporto: descarto calentamiento con frente frío, investigaría posible contaminante no reportado y valoraría la descarga de materia orgánica vertida en la Unión, el pestilente “baño” en el desprotegido manglar donde baja el puente de Chambacú y el de las caballerizas y viviendas, que al igual que accesorio del Espinal descargan en esa laguna.

¿Cuándo se declarará una emergencia para derrotar informalidad, ilegalidad y caos? Y se me vienen a la cabeza los rellenos autorizados en la bahía y su legalidad y con el aumento del nivel del mar, la conveniencia ambiental.

Y pienso en la frágil veracidad de cálculos de barcos y ganancias particulares como justificación para eliminar más vida marina.

Y veo los habitados corales inmóviles en su arrecife de siglos, esperando la sentencia de muerte o la victoria de la vida sobre la eutanasia dolarizada, que enriquece ricos y empobrece a la Nación. “Conectado a la inteligencia” de la que habla mi nieto, no vale la ambición lo que valen Varadero y sus heroicos corales. 

 

 

 

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