Con frecuencia se nos dice que la “falta de sentido de pertenencia” de los cartageneros explica muchos males que aquejan a Cartagena. Y también se señala que si mejora la percepción general de la ciudad puede brotar la deseada pertenencia.
Si bien el sentido de pertenencia a una comunidad se alimenta de subjetividades, este tiene dos caras, según Naciones Unidas: goce efectivo de derechos y compromiso de aportar a la cohesión social. Esta última es necesaria en espacios sociales donde sus integrantes no tienen una interacción deseada. Y urge en sociedades con graves problemas de pobreza, exclusión y discriminación, como en Cartagena.
Por ello, las políticas que buscan equidad e inclusión requieren un contrato social que les dé fuerza y continuidad. Para la citada organización estos acuerdos son posibles en entornos donde la ciudadanía delibera y decide los asuntos públicos, y confía en las instituciones.
Un ejemplo destacado de participación local ha sido el Proceso de Revitalización de las Fiestas de Independencia, que procura fortalecer el espacio lúdico, festivo, popular e histórico más importante de la ciudad.
Paradójicamente, mientras la Alcaldía promueve campañas para generar pertenencia, excluye este proceso que ha logrado unir durante 12 años a gestores culturales, empresarios, educadores, investigadores y folcloristas para reflexionar y defender nuestras fiestas.
Este Gobierno ya retrocedió al eliminar el Desfile de la Independencia del 11 de noviembre, al defender los símbolos coloniales sobre los republicanos y al desconocer los Principios de una Política Pública de Fiestas, por no mencionar la subordinación –otra vez- de la fiesta popular al Concurso Nacional de Belleza.
Ahora desconoce la voluntad colectiva en la solicitud de inclusión de las Fiestas en la Lista Representativa de Patrimonio Cultural Inmaterial presentada ante MinCultura. La solicitud se elevó precipitadamente, y no fue colectiva ni incluyente, como recomienda el Consejo Nacional de Patrimonio.
El documento desconoce diagnósticos y logros del proceso para pensar como ciudad la Fiesta. No se concertó con actores festivos y demás entidades ligadas al Comité por la Revitalización, desconociendo a las casi 500 firmas y cartas de respaldo de entidades públicas y privadas locales que se comprometieron a apoyar esta causa.
La Administración Distrital debe revisar estas acciones contra la participación ciudadana, y debe valorar y respetar los procesos colectivos ligados a nuestro más importante espacio de encuentro y celebración.
*Investigadora del L+iD, Docente UTB
Twitter @Ginaruzr
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