Columna


Petro$alud

HENRY VERGARA SAGBINI

27 de junio de 2022 12:00 AM

En Colombia, desde tiempos inmemoriales, si existe un derecho fundamental impunemente violado, una y trillones de veces, es la Salud.

Sospechosamente, en la Constitución de 1991, la salud fue consagrada –Artículo 49– solo como SERVICIO y, después de muchísimos esfuerzos jurídicos y pulsos sociales, le entregaron el título que merece: DERECHO FUNDAMENTAL INTOCABLE; sin embargo, paradójicamente, al exigir su cumplimiento debe acudirse a ‘Mamá Tutela’, medios de comunicación e instancias internacionales, a fin de superar las infranqueables barreras de acceso.

‘Hecha la Ley, hecha la trampa’, por lo que, a pesar de las buenas intenciones de los legisladores, el ciudadano de a pie se queda con las manos vacías. No obstante, guardamos la ilusión despertada por la Ley 1751 del 2015 –Ley Estatutaria de la Salud (LES)–, siete años engavetada, que en su Artículo 1° ordena, taxativamente: “Es deber del Estado garantizar el derecho fundamental a la salud, regularlo, estableciendo mecanismos de protección, reafirmando, en el resto del articulado, todo un rosario de beneficios en discapacidades y rehabilitación, eliminando autorizaciones en servicios urgentes –¡Válgame Dios!–, controlando precios desbordados de medicamentos, permitiendo el acceso, sin perendengues, a las tecnologías avanzadas, promocionando el autocuidado, brindando generosa protección a niños, mujeres embarazadas, víctimas de la violencia y del conflicto armado, adultos mayores, enfermedades huérfanas, erradicando el ‘paseo de la muerte’, y garantizar cuidados paliativos de calidad, igualando los beneficios del régimen subsidiado al contributivo. ¡Ya era hora!

Esta ley propende que la salud de los colombianos sea una realidad palpable, no una mercancía, incluyendo a los mal llamados ‘pacientes de alto costo’ que, aún amparados por tutelas, las EPS, con minúsculas excepciones, se las pasan por la faja esperando los ‘santos oleos’.

Soñar no cuesta nada: Las EPS estarán obligadas a cancelar deudas oportunamente a clínicas y hospitales, que a su vez, se pondrán al día con sus maltrechos trabajadores, restableciendo derechos laborales.

La LES será el mejor homenaje, del presidente Gustavo Petro, a las víctimas inocentes de las EPS que, como a Carmelo, mi suegro, los medicamentos de alto costo le llegaron un año después, a sus cenizas. Es tiempo de sepultar al monstruo de mil cabezas que abrió sus ojos y quijadas el 23 de diciembre de 1993, un día antes del Niño Dios y, en la misma sala de parto, cambiaron sus manos por laberintos , el alma por piedras de afilar y, en lugar de conciencia y corazón, máquinas registradoras.

Comentarios ()

 
  NOTICIAS RECOMENDADAS