Queda claro que para disminuir la pobreza en el país, el Estado tiene que invertir millones en educación, salud, servicios públicos y vivienda. Sin embargo, también es cierto que existen inversiones sencillas y económicas que tienen un impacto enorme en reducir la miseria, y por alguna razón no se hacen. ¿Desconocimiento? ¿Indolencia? ¿Ineficiencia?
Aquí resumo algunas de ellas, para que nuestros gobernantes tomen nota: 1) Regalando “mosquiteros”: ¿cuánto vale un “toldo”? ¿Sabías que invertir en un “toldo” tiene un impacto enorme en reducir enfermedades tropicales como el dengue, fiebre amarilla, Zika, malaria y tantos resfriados que devastan a los pobres? Y no sólo ayuda a la familia que lo usa, sino que evita contagios exponenciales en el vecindario, la escuela y puestos de trabajo.
2) Capacitando a los profesores: el problema mayor de nuestra educación pública en las escuelas, es que los mismos maestros no tienen mayores expectativas de sus alumnos. Lo que sicólogos y sociólogos llaman la “desesperanza aprendida”. ¿Quién sale adelante cuando recibe el mensaje inconsciente de que, hagas lo que hagas, no saldrás del hueco? ¿Quién se motiva así?
3) La tragedia de la anemia, desnutrición, diarrea y parasitósis: por amor a Dios, ¿sabías que en internet se pueden comprar al por mayor filtros de agua que valen $60.000 pesos la unidad, la purifican en un 99,99% y procesan 100.000 galones? ¿Cuánto es el costo internacional de regalar “sobrecitos en polvo con micronutrientes” (de vitaminas y minerales), y entregar dos pastillas para desparasitar a los niños de poblaciones vulnerables? Una enfermedad grave en una familia pobre, acaba con sus activos productivos, los obliga a prestar dinero y perpetúa su “trampa de la pobreza”.
4) Capacitando a las mujeres: hay tres temas sencillos por educar, que tienen un impacto importante en el futuro de una familia de bajos recursos. Tenerlos presentes puede cambiar su historia: A) Lavarse las manos antes de comer, reduce exponencialmente todo tipo de enfermedades. B) Que las madres embarazadas tomen hierro y sean conscientes de su alimentación. Y C): Que las adolescentes entiendan la tragedia que les cae encima cuando salen embarazadas a esa edad.
5) Otra perla de género: me despido recordándole al Estado que, estadísticamente existe una correlación altísima entre la educación de las madres y la de sus hijos, aunque falta determinar cómo es con los padres.
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