Columna


Por una Policía social

BERNARDO ROMERO PARRA

16 de septiembre de 2020 12:00 AM

Desde hace varios años venimos presentando propuestas desde El Universal para fortalecer a la Policía Nacional, una institución muy querida y de suma importancia para la sociedad colombiana. Enterados de los abusos en la fuerza en operativos que generan por el contrario la alteración de orden público como los sucedidos en Bogotá y de hechos no éticos en algunos CAI, donde delataban ante los infractores a los ciudadanos que denunciaban, hemos elaborado alternativas de solución que no han sido atendidas.

Al analizar los hechos donde hay exceso de fuerza o cuando el uniformado permite que ante él se cometan infracciones a la ley y no hace nada; descubrimos que en la mayoría de los casos el Policía no sabe qué hacer ante situaciones extremas de riesgo y tensión, debido a la falta de instrucción, por lo que explotan sus emociones o se abstienen apartándose, sin brindar la debida atención, lo que llaman en psicología desesperanza aprendida. Ejemplo es, cuando en medio de un operativo para controlar una riña en un barrio, terminan los patrulleros tirándose piedras o peleando a las trompadas con hombres y mujeres, comportándose en forma similar a quienes deben controlar como autoridad.

Sabemos que intervenir el comportamiento de multitudes por parte de las autoridades no es tarea fácil, se requiere de profesionales con formación humanista que tengan las competencias de identificar las diferentes emociones del ser para actuar de acuerdo al contexto, por eso insistimos que en la era post acuerdo de paz en Colombia, instituciones como la Policía Nacional deben renovar sus estrategias para mejorar la convivencia partiendo de la revisión a los contenidos que desarrollan los policiales en las escuelas, los cuales deben corresponder a una misión más cívico-social que militar, donde la resolución de conflictos, técnicas en defensa personal, ética y derechos humanos, mecanismos de participación ciudadana, programas de desarrollo comunitario y convivencia ciudadana, junto a las técnicas policiales deben ser el complemento ideal para la formación policial.

En nuestra patria necesitamos un policía promotor de paz y convivencia que se vincule al desarrollo de las comunidades desde su misión de proteger la vida, honra y bienes del pueblo colombiano, por lo que en los requisitos para ingresar a la institución se deben identificar competencias y habilidades, al igual que valores humanos afines con la labor a desempeñar, por lo que los honorarios a devengar tienen que ser acordes a las responsabilidades y el riesgo que se asume en tan importante labor publica, cívica y social.

*P.U. Comunicación Social Periodismo. Especialista en Formación de Formadores.

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