El 9 de abril de 1948, día del asesinato de Jorge Eliécer Gaitán, constituye un momento de particular importancia en la historia de Colombia, para que las nuevas generaciones tomen conciencia de cómo acabaron las esperanzas de un pueblo.
Son muchos los que aún hoy, 74 años después de su asesinato, consideran que ese “magnicidio” frustró indefinidamente las esperanzas que Gaitán, elegido presidente, con una sociedad realmente democrática, más justa, menos excluyente.
Esta imagen tradicional que se tiene del “caudillo del pueblo” por numerosos escritos en los que Gaitán aparece, que, una vez llegara a la Presidencia, si no lo mataban, iba a solucionar las necesidades más sentidas de los pobres y sus NBI.
Es cierto que liberales y conservadores se acusaron mutuamente de asesinar a Gaitán, lo que estaba en juego era su permanencia en el poder, monopolizado históricamente por el bipartidismo, lo cual se ha mantenido con mucha violencia.
Hoy en día las movilizaciones de los campesinos, indígenas, trabajadores, pensionados, defensores de DD. HH., siguen siendo vistos por el Estado, cooptado por carteles, mafias, el mesías, como elementos manipulados por el Castrochavismo.
La cooptación de la Fiscalía, Procuraduría, Defensoría del Pueblo, procurador general de la nación y los órganos de control local, la autoridad electoral, altas cortes, abusando sin inmutarse, con cinismo y mentiras para mantenerse en el poder.
Influyen en la Agencia Nacional de Licencias Ambientales para que legalice el fracking como método de explotación petrolera amenazando el medio ambiente, dejando un hecho cumplido legal a un nuevo gobierno que rechaza esa práctica.
Usan las mayorías accionarias en Ecopetrol para imponer al nuevo gobierno una junta directiva con sus testaferros, con el único propósito de generar un problema institucional que legítimamente quiera promover una política de interés general.
Es por eso que hoy como hace 74 años, el pueblo sufrido, oprimido, abstencionistas, jóvenes, afros, mototrabajadores, ven como una oportunidad histórica, el domingo 29 de mayo del 2022, con Petro y Francia ganar la Presidencia en primera vuelta.
Colombia quiere un cambio, no más títeres del uribismo como Fico y que el Estado siga en manos de los carteles y mafias de la política, que se unen usando sus dineros mal habidos para seguir engañando y manipulando fanáticos e incautos.
Hoy más que nunca el Pacto Histórico y Petro, recoge las banderas de las víctimas de la intolerancia de la ultraderecha, con los postulados del gaitanismo, líder inmolado el 9 de abril de 1948, de gobernar con el pueblo y para el pueblo.
*CUT Bolívar.
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