La mitigación y proyección para ir resolviendo algunos compromisos del plan de desarrollo del distrito de Cartagena requiere necesariamente de la confección de un presupuesto benéfico, flexible y real que permita materializar para este segundo año del gobierno Salvemos a Cartagena sus programas.
La inversión como tal no puede tener excusa, la solución definitiva ya es harina de otro costal pues la ausencia del Estado y la exclusión ciudadana producto del desacierto, ingobernabilidad, discontinuidad ejecutiva, corrupción, insolidaridad, y no pertinencia han ampliado la brecha de la pobreza que para solución requiere de una restructuración administrativa acorde a la nueva normatividad, construir planes maestros, duplicar los presupuestos apuntando prioritariamente a la Generación de empleo y educación técnica que permita especializar en cortos periodos de tiempo la mano de obra para suplir la diversificación laboral por el trauma a la economía del turismo, gastaremos años para igualar y superar la curva ascendente que traemos, por eso la preparación para la competencia con los destinos del Caribe en la reactivación del turismo no puede esperar.
Volvemos a gritar para que la hacienda pública adecúe la norma tributaria afín a la vocación económica cartagenera que permita apoyar al comercio local quienes a futuro tendrían inconvenientes con los pagos por el suspendido decreto presidencial de emergencia sanitaria que concedía condonar los intereses sancionados y la ampliación sin incremento para pago por cuotas del capital adeudado por impuestos, tributos, y sanciones.
Cartagena tiene 4.600 negocios aproximadamente cerrados que representan más de 250.000 empleos y que en la reapertura, muchos no lo podrán hacer por la quiebra a la que fueron sometidos por la circunstancia del COVID-19 y que hasta tanto no se tenga la vacuna no podemos predecir el comportamiento de la economía en el mundo por la disminución de la fuerza laboral presencial y la restricción recomendada por prevención.
Cartagena sin su reinado y festividades novembrinas, sin sus eventos navideños, tendrá la Navidad más oscura por la luz de la economía y del hambre, que disparará la delincuencia, la intolerancia, las riñas y el homicidio. Sigo esperando que el distrito nos hable de lo que Bogotá llamo plan Marshall que tocamos hace tres meses, al igual que la emisión de bonos y sigo advirtiendo que el POT sin haber recibido el producto que contiene el estudio de riesgos no puede socializarse y se perdería el tiempo como ocurrió en años anteriores, la construcción requiere de todo nuestro apoyo, y el mercado de Bazurto su reorganización. Para ello se requiere una tregua de impulsos y emociones del gobernante y todos los frentes que estamos dispuestos a dar la mano por el beneficio de la ciudad.
*Concejal de Cartagena.
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