Columna


Que no quede impune

DANILO CONTRERAS GUZMÁN

06 de enero de 2018 12:00 AM

Apenas despuntaba el 2018, cuando la muerte trágica se llevó la alegría de Angélica Pérez en el popular barrio de Olaya.

Angélica era joven y bella, y se destacó como deportista.

Ese sueño sencillo pero que era su ilusión, como el amor por su novio y familiares que la acompañaban esa madrugada, fue cortado de un tajo por el desadaptado que no distinguió entre la vida de la muchacha y el celular que pretendió arrebatarle. El criminal no lo pensó. Disparó y mató a Angélica. Consumir drogas, quizá implícito en este acto, suele envalentonar a los hombres crueles.

Como ciudadano extrañé la reacción de la Alcaldía y la Policía. Su silencio no es consecuente con el dolor de la familia y la ciudadanía, que salió indignada a las calles. Ya nadie está seguro en esta ciudad.

Las autoridades administrativas y de policía parecen paralizadas, rebasadas por la delincuencia y no se conoce una estrategia para que Cartagena vuelva a ser segura.

¿Cuáles son los objetivos de alto impacto de las autoridades frente al delito? ¿Cuál es el cartel de los delincuentes más buscados, cuántas caletas proveen vicios a los antisociales, cuál es la estrategia para recuperar la convivencia en las barriadas abandonadas. Veo la prensa a diario e intento mantener alguna información de la ciudad, pero desconozco esas estrategias.

No dudo que la policía ejerce una labor complicada, pero necesita un liderazgo de su máxima autoridad policiva del Distrito, el alcalde. Si no tiene compromiso con las metas que deben estar en el plan de desarrollo y si carece de la maniobra política y la legitimación por no ser elegido popularmente, es difícil que ejercer un liderazgo eficiente contra la horda criminal que invade los espacios ciudadanos en Cartagena.

La delincuencia tiene múltiples causas y no cabe duda que el hambre, la pobreza, la falta de oportunidades y el abandono de sucesivas administraciones, propician los comportamientos antisociales que arrinconan a la ciudadanía. Recuperar la seguridad debe ser un objetivo de todos, no solo de las autoridades, pues el ciudadano puede ayudar a cumplir esa meta.

Los cartageneros esperamos que se capture, sí o sí, al asesino de Angélica, irremediable pérdida para la ciudad. Y se requiere de una estrategia integral que no solo sea represión. En los barrios pocos apostolados intentan rescatar la juventud. Incluso los curas parecen haber abandonado los ideales de la Teología de la liberación, que impulsaba trabajar con las comunidades. Pero los principales obligados son las autoridades.

Necesitamos más policía comunitaria e inteligencia. Debemos conocer los propósitos de la seguridad y en cuáles la ciudadanía puede ayudar. Deben publicarse los rostros de los delincuentes más buscados. El alcalde encargado dejar una huella a este respecto. Tal vez así pueda ser recordado.

danilocontreras9@hotmail.com

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