Columna


Reformar el Estado

EDUARDO VERANO DE LA ROSA

15 de octubre de 2017 12:00 AM

Tenemos un Estado débil y un velo nos cubre los ojos e impide ver las razones. Primero dijimos que era la violencia y ahora la corrupción, pero no vemos las causas políticas. Es un problema de la política el origen de la debilidad del Estado.

Es la debilidad del Estado de Derecho la causa de la corrupción y de la violencia, allí pueden crecer en silencio las raíces del populismo y el Estado totalitario. Este es un enemigo mayor porque arruina toda la sociedad. 

En una guerra los estados se debilitan –eso lo sabemos los colombianos, que la padecimos por más de 50 años– y son las causas de esos conflictos, su vulnerabilidad. Venezuela nos enseña que la debilidad estatal conduce al populismo y al totalitarismo, y la corrupción crece.

Una democracia y unas instituciones poco democráticas en un mundo globalizado son la fuente de la debilidad del Estado. La violencia y la corrupción son un asunto de la ética, pero una sociedad será recta si obedece el derecho, con instituciones que hagan posible tal obediencia. El eterno ejemplo de Sócrates que bebió la cicuta es una prueba ética.

Sócrates se negó a no cumplir la sentencia injusta. Su alegato a favor de la democracia ateniense fue el soporte de su obediencia. Se sentía orgulloso de su democracia, el ciudadano se formaba en la vida pública, en la democracia y sus instituciones. Enseñó, con su ejemplo, que desobedecer las leyes destruía los cimientos de la democracia y arruinaba a la sociedad. Atenas auspiciaba con sus instituciones democráticas una vida común, rica en moralidad.

El discurso fúnebre de Pericles, en la versión de Tucídides, es de gran belleza en el que se enseña a la humanidad cómo Atenas se engrandecía por la política como ciencia y actividad del bien común, fundada en unas instituciones democráticas. La participación ciudadana hizo grande y ética a Atenas.

Hoy es escandaloso y triste el espectáculo de corrupción en el poder público en Colombia, muestra de la debilidad de nuestro Estado de Derecho.

Repugna ver a altos servidores públicos en una red de corrupción, en caminos contrarios a los que debían transitar. En vez de ser modelos de vida pública y privada, son delincuentes ¿Cómo llegaron al poder? Bajo las reglas de ese débil Estado de Derecho y su democracia y el poder lo ejercieron para beneficio privado. Es la fuente de la violencia y la corrupción.

Poner el poder y la política a favor de los intereses privados y convertir a los partidos políticos en canales de acceso a estos intereses es la fuente de la debilidad del Estado y de la fragilidad de nuestra democracia.

Ya Maquiavelo lo decía: “La razón es evidente: lo que hace grande a las ciudades es la tutela del bien común, no del interés privado.”

Reflexión: hay que seguir las recomendaciones de Maquiavelo y de Sócrates. Creo en la utilidad de reformar nuestro Estado y la democracia para fortalecerlo, ese es el camino de la equidad.

@veranodelarosa

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