En la tarde del viernes 11 de diciembre, en el Terminal Marítimo de Manga, se bautizó un nuevo remolcador, construido en nuestro puerto por encargo de la Sociedad Portuaria de Cartagena. La madrina, doña Ángela María Sánchez, con atinado lanzamiento, rompió la botella de champaña contra la estructura metálica de la nave. Monseñor Jorge Enrique Jiménez, en breve y elocuente discurso, dio nombre al recién nacido, “Don Aníbal”, al que auguró toda suerte de exitosas actividades y lo bendijo en nombre del Señor, para protegerlo de borrascas y de vientos huracanados. La escogencia del nombre es de indudable acierto. Todos entendemos y coincidimos en que, cuando en el medio marítimo y portuario se dice Don Aníbal, nos referimos a Don Aníbal Ochoa Escobar, un hombre nacido en el Chocó, que creció en Antioquia, a quien el destino guió hacia los litorales; primero en Buenaventura y más adelante en Cartagena, donde echó ancla en nuestra bahía. Pero aún así, el hombre no se sentía seguro, pues el buque al ancla, aunque sea en una bahía tranquila, siente aún los vaivenes que ocasiona el oleaje. Aníbal necesitaba atracar a puerto seguro, donde quedar amarrado con gruesos cabos a bitas y cornamusas. Arrimó a un muelle con nombre romántico: “Doña Ceci”. Fue otro acierto. Aníbal y Cecilia, a más de conformar un hogar feliz, realizaron de hecho, una industriosa empresa que orientó sus esfuerzos principalmente a las actividades marítimas, portuarias y aduaneras. La empresa “Aníbal Ochoa & Compañía” fue activa en todos los puertos colombianos y en las ciudades principales del interior, pero su cabeza, su dirección, siempre permaneció en Cartagena. Al vislumbrarse la decisión del Gobierno Nacional de privatizar los puertos, Don Aníbal fue de los primeros en sentir la necesidad de conformar la Sociedad Portuaria Regional de Cartagena. Desde entonces participó como socio y, por su entusiasmo y conocimiento, ha venido ocupando sitio importante en los puestos directivos. Para la construcción o la compra de este remolcador, la Sociedad Portuaria de Cartagena pudo hacer un pedido al exterior con las características necesarias, sin embargo confió su construcción a una firma colombiana, brindándole confianza a la industria nacional y generando empleo. El acabado y confort del remolcador son de óptima calidad. Fue diseñado por “Dinacol”, ingeniero Frank Bolle y construido en el astillero “Ferroalquimar” en Cartagena. Su finalidad principal es trabajar como asistente de la Draga “Don Rodo” y trasladar barcazas con capacidad de 18 Teus, entre Contecar y el Terminal de Manga. Está dotado de un cabrestante de 6 toneladas y una grúa de 1,5 toneladas, destinados a posicionar las anclas y maniobrar las tuberías de dragado. Sus características generales son: eslora 13,5 metros, manga 5 metros, desplazamiento en rosca 27 toneladas, y 2 motores de 250 H.P. cada uno. El remolcador “Don Aníbal”, como su homónimo, es pequeño. Y también como él, eficaz en los propósitos para los que fue diseñado. *Asesor Portuario fhurtado@sprc.com.co
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