Columna


Retorno sobre la inversión

RODOLFO SEGOVIA

25 de noviembre de 2017 12:00 AM

La juventud se impone, y la inversión acertada también. Acaba de suceder en la Serie Mundial de béisbol, que lleva 112 ediciones desde 1903. El juego moviliza en los Estados Unidos docenas de millones de fanáticos en siete meses de temporada. Otros deportes brillan, pero ninguno lo supera en espectadores. Y nadie supera los salarios de los jugadores de béisbol de Grandes Ligas. Duran activos hasta 20 años y sus contratos, cuando ya están consagrados, son fabulosos. El enorme jonronero latino de 27 años, Carlos Stanton, recibirá US$ 295 millones en los próximos 10 años, llueva, truene o relampaguee.

Este año, los advenedizos Astros de Houston, que han jugado en dos Series, se impusieron sobre los veteranísimos Dodgers de Los Ángeles de la Liga Nacional, en la Gran Carpa desde el inicio y curtidos en 19. El favoritismo era para los Dodgers que habían ganado 104 de 162 juegos durante la temporada (ganar 100 es ya una proeza) y tenían la ventaja de jugar en casa el encuentro final si, como sucedió, la Serie llegaba a siete juegos. Favoritismo sí, pero no tanto como cuando era suicida apostar contra los Yankees que de 1927 a 1962 ganaron 19 de 23 Series Mundiales. 

Los Astros, en su maravilloso estadio de techo retractable y aire acondicionado, eran enemigo de cuidado. Habían ganado 101 juegos durante la temporada y conectado más jonrones que nadie, y se habían ponchado menos que nadie. Asustaba, sin embargo, comparar las nóminas anuales: los Dodgers US 265 millones y los Astros US$ 150. Esta brecha es, sin embargo, engañosa. Las Grandes Ligas nivelan cargas con el impuesto al lujo. En 2017, los equipos que superaron US$ 195 millones en salarios anuales pagaron multas (50 % para los equipos sin multa y 50% a un fondo para jugadores). Desestimula excesos. Pero hay algo más.

A reclutar prospectos se aplica una fórmula niveladora. Los equipos coleros tienen prioridad al escoger. Houston tuvo temporadas horrendas entre 2011 y 2013 y pudo seleccionar mejor. Esos peloteros jóvenes se hacen en las ligas menores de cada equipo y cuando ascienden siguen jugando con salarios modestos durante varios años, por muy buenos que sean. Favoreció a Houston. Muchas de sus estrellas tienen menos de 25 años, p. e. el portorriqueño Carlos Correa, de 23 años, que le pidió la mano la novia el día de la victoria, allí mismo en el estadio con 55.000 testigos.

Los Astros se hicieron, además, a un arma letal. Segundos antes de cerrar el período de compras y canjes, el 31 de agosto, adquirieron al lanzador estrella Justin Verlander (US$ 28 millones al año). Contra los Yankees, en la serie por el título de Liga Americana, y contra Los Dodgers en la Serie Mundial, Verlader estuvo espectacular. Los Dodgers también creyeron adquirir un seguro con el pitcher iraní-japonés, Yu Darvich, brillante, pero con pasado reciente de lesiones. Abrió dos juegos y lo volaron a palo casi enseguida, dejándolos perdidos. Don Sancho Jimeno, el héroe de Cartagena en 1697, creía que todo es cuestión de retorno sobre la inversión.

rsegovia@sillar.com.co

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